Miércoles 30 de Noviembre de 2022
¿Hasta cuándo resistirá el Tribunal Constitucional?
El nombramiento que ha hecho el Gobierno
de los dos Magistrados del Tribunal Constitucional, que le corresponden en la
presente renovación (vid. la prensa de hoy), es desde el punto de vista
jurídico, y en la terminología del mus, un verdadero órdago: ha puesto
sobre la mesa todos los tantos de este juego, que es el “juego” de la Justicia
y el Poder Constitucional.
En efecto, el Gobierno no ha esperado a que al
Tribunal accedan los cuatro magistrados que conforman el tercio de miembros del
Tribunal que deben renovarse (faltan los del Consejo General del Poder Judicial,
art. 159.3 de la Constitución), y ha presentado en solitario a dos consumados
políticos del PSOE, que han formado parte del Gobierno de la Nación en esta legislatura,
en cuya personalidad lo que menos destaca
sería que fueran juristas de reconocida competencia (que es lo que exige
principalmente el art. 159.2 de la Constitución) y, además, se nombran sin
importarle al Gobierno nada ( eso parece) la gran crisis institucional y
deterioro de nuestro sistema de Estado de Derecho que se produciría si se
acepta por el Tribunal Constitucional el nombramiento de esos magistrados dándole
posesión de su cargo, sin hacerlo con los que debe proponer el Consejo General
del Poder Judicial.
En esta “partida de mus”, constitucionalmente
siniestra, ya ha quedado, en juegos anteriores, dañado y herido de muerte el
Consejo General del Poder Judicial; y no se hace nada por arreglar este
problema y nada por propiciar el acuerdo de sus integrantes; lo que se hace, en
cambio, ahora, es poner en el brete al Tribunal Constitucional de originar una
crisis constitucional sin parangón en nuestro país, si al final cede ante el
Gobierno.
El constituyente no previó que podía
darse tan altísimo nivel de deslealtad constitucional y una tan irreflexiva
manera de tratar el Ejecutivo al resto de los Poderes Estatales.
España necesita un reforzamiento de
la Constitución que haga imposible acabar o atentar con la independencia,
frente al Ejecutivo y al Legislativo, del Poder Judicial (Tribunal
Constitucional incluido).
Valentin Cortés