Miércoles 29 de Julio de 2016
La
justicia, lenta, inexorable y, a veces, benévola.
Ante la decisión del Juez de acusar
de la comisión de los delitos de prevaricación y desobediencia al Sr. Mas y compañía
por la realización del referéndum ilegal y prohibido por el Tribunal
Constitucional, es curioso que, por parte de las autoridades de la Generalidad catalana,
no ha habido crítica jurídica, lo que se daba por descontado, ni siquiera política;
sólo ha habido descalificación, pues
desde afirmar que, desde “las cloacas del Estado”, se impide la libertad de los
catalanes hasta las expresiones más denigrantes que jamás hemos podido oír de
la actuación de los jueces, todo es descalificación de uno de los Poderes del
Estado, por tanto del Estado de Derecho.
Realmente, son autoridades, las
acusadas, que no merecen serlo de este Estado, que tiene una Justicia acorde
con lo que es un Estado de Derecho, que es lenta,
y que a veces, como esta, es benevolente,
porque, dándose por probado que la Generalidad ha pagado determinados gastos y
costes de la “operación referéndum”,
no se entiende jurídicamente que no estén, esos señores, acusados de malversación
de caudales públicos.
Como la Justicia es también inexorable, estoy convencido que se les
castigará y que, al final, el Estado de
Derecho expulsará a los ahora acusados de la vida pública( prevaricación y
desobediencia) y, no sabemos, si les privará de libertad( malversación), que
dicen, ahora, que la Justicia quita a los catalanes.
Valentín Cortés