Lunes 4 de Febrero de 2019
Temores
irrazonables
Varios medios digitales muestran
hoy su preocupación por la mediatización política por los procesados por
rebelión del juicio que comienza la semana que viene en el Tribunal Supremo (por
ejemplo, El Mundo, El Español, El Confidencial, etc.) y hay otros columnistas
que avanzan, deseándolas, condenas por tipologías menos graves que la de rebelión
(conspiración para la rebelión, por ejemplo), mirando de reojo a lo que en su
momento pueda hacer el Tribunal Europeo.
En todos esas noticias-reportajes-opiniones es observable un temor que pasa,
posiblemente, por la desconfianza en el modo de actuar del Tribunal Supremo, temor
que se concreta en que del proceso puedan los independentistas sacar un
provecho político en el ámbito nacional y en el internacional, o de que el Tribunal
se salga de los esquemas jurídicos-penales aceptables en Europa.
Esos temores no son ni razonados,
ni tampoco razonables, posiblemente porque quien los propaga confunde al Poder
Judicial con un órgano de soberanía estatal (como pueden ser el Gobierno o las
Cortes Generales) en donde fuera posible el "cambalache político" o decisiones
tomadas en función de los intereses políticos del momento, todas ellas basadas
en la idea equivocada que la sanción por una conducta delictiva (y grave como
en este caso) pudiera y debiera resolverse con decisiones y pactos políticos.
Tengo la absoluta certeza que la Sala
Segunda del Tribunal Supremo sólo va a aplicar criterios jurídicos y legales a
cualquier decisión, incluida la sentencia, que tenga que tomar en ese proceso
por rebelión. De modo que no habrá ni cambalaches ni mediatizaciones políticas.
Sólo habrá Derecho.
Valentín Cortés
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