Jueves 15 de Octubre de 2015
De la épica a la astucia leguleya
No sé si el Tribunal Superior de
Justicia de Cataluña tendrá la fortaleza intelectual de sobreponerse a la épica, si al mismo tiempo va acompañada
de la astucia leguleya. Espero que sí.
La épica, bajo protestas de
democracia, de obediencia al Parlamento, de asunción de responsabilidades políticas (véase el
detalle), de cientos de alcaldes con el bastón de mando gritando “independencia”
y “presidente”, del gobierno catalán participando en el escrache: esa épica es
muy fuerte. Pero la astucia leguleya no se le queda atrás, porque, obsérvese
bien, “cuando llegó la orden del Tribunal
Constitucional toda estaba en manos de los voluntarios”. Esa astucia leguleya es
igualmente muy fuerte, porque además es épica.
El problema del Derecho es otro;
porque lo único que se trata de saber es si el Sr. Mas obedeció o no al
Tribunal Constitucional, si malversó los caudales públicos con ese referéndum o
si fueron los voluntarios los que pagaron los costos y gastos del referéndum, y
si fue o no prevaricador el Sr. Mas y compañía. Me temo que la épica no sirve para
resolver esa cuestión y la astucia leguleya tampoco porque, como siempre,
esconde el fraude a la Ley y a la Constitución.
Pero, ¿y el Tribunal?
Valentín Cortés
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