Miércoles 23 de Septiembre de 2015
Y
¿Qué hacemos con la nacionalidad?
Lo que demuestra la campaña
electoral catalana es que los políticos juegan con las personas. Unos se
han lanzado a predicar la independencia
y es ahora cuando se plantean públicamente algo tan básico como saber qué
pasará con los españoles que vivan en Cataluña en el momento de la independencia:
ahora se preguntan si dejarían de ser españoles. Otros, se confunden, se aturullan,
se paralizan y todos se olvidan de que ningún
español de origen podrá ser privado de su nacionalidad (art.11.2 de la Constitución)
y de lo que ello significa.
Y ¿entonces? Yo creo que el tema no
se centra en saber si pierden o no la nacionalidad española esos españoles, que
no la pierden, sino en comprender que, mirando hacia fuera, en el mundo no se
puede vivir sin nacionalidad y, lo que es igualmente importante, sin acreditarla mediante el documento o
documentos aceptados para tal función. Olvidándose los unos de comunicar a sus
votantes que esa credencial sólo la
daría la autoridad española y que la catalana no lo sería hasta su reconocimiento internacional.
Si miramos hacia dentro, la
nacionalidad pierde gran parte de su trascendencia, pues lo importante es la
residencia o el domicilio. ¡Qué casualidad que los bancos digan que se van de
Cataluña y cambian el domicilio en el supuesto de independencia!
Valentín Cortés
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