Lunes 17 de Octubre de 2022
La reforma de la sedición como arma coactiva-negociadora
de los Presupuestos del Estado
El Ministro de Universidades, en relación
con la política catalana (vid. www.elmundo.es), ha manifestado que todo
lo que sea desjudicializar esta política es bueno y aboga por la modificación
del delito de sedición solicitada por ERC, lo que es una petición-coacción recurrente
cada vez que hay que negociar los presupuestos y se necesita el voto afirmativo
de los partidos catalanes secesionistas, nada más que esta vez, aunque sea con
voz de seda, se hace desde el propio Gobierno. El problema no está en la coacción,
sino en saber cuándo el Gobierno cederá y se procederá a desjudicializar el
delito de sedición, que es tanto como decir reformarlo hasta el extremo de no
ser óbice para la vuelta de Puigdemont y facilitar nuevos intentos de destrucción
del Estado como los de hace cinco años.
Desde el punto de vista jurídico -es
muy difícil admitirlo- no creo que se pueda despenalizar el hecho típico del art.
544 del Código Penal): alzarse publica u tumultuariamente para impedir por
la fuerza o fuera de las vías legales la aplicación de las leyes o, a cualquier
autoridad, el legitimo ejercicio de sus funciones o el cumplimiento de sus
acuerdos, resoluciones administrativas o judiciales. Si ese ataque al Estado
de Derecho no se penaliza, o se banaliza con penas insignificantes no disuasorias,
yo auguro un aumento insoportable de la violencia como método de organización de
la convivencia social. No sé si hay que bajar la pena y cuanto, pero tengo
claro los limites tal como he expuesto en líneas más arriba.
Valentín Cortés
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