Viernes 4 de Febrero de 2022
Una cuestión de mera forma
De todo lo vivido ayer en el
Congreso, a cuento de la aprobación del RDL sobre reforma laboral, nos vamos a
detener en un análisis muy somero de la juridicidad de la decisión de no
permitir el voto presencial de un diputado que, afirmaba, antes del recuento de
votos, que había habido un fallo o equivocación al emitirlo telemáticamente y
pedía su anulación y repetición. Según las normas internas del Congreso, todo
indica que la Mesa puede admitir o no la petición de repetir esa nueva votación
en determinadas circunstancias.
Por supuesto que desconozco y no sé
qué versión de la muchas que existen es la real, pero, parece, que todo el
mundo está de acuerdo en que la Mesa del Congreso no se reunió en ningún
momento para tratar el asunto de la petición de ese diputado de votar de nuevo,
y que fue la Presidenta del Congreso quien no lo permitió, afirmando, en un
momento dado, que la negativa a la repetición había sido dada por la Mesa, tal
como está regulado.
Si es así, con independencia del
fondo del asunto, lo que parece ser cierto es que quien denegó la repetición del
voto no era la competente funcionalmente para hacerlo, por lo que sería una decisión
irregular desde el punto de vista jurídico formal.
A mí, como jurista, me cuesta
trabajo comprender que esta situación, desde el punto de vista jurídico tan chusca
y grosera, se llegara a producir; pues, no comprendo cómo la Presidenta pudo en ese momento asumir competencias que
no le correspondían; posiblemente, porque la Presidenta no estuvo a la
altura de las circunstancias y estuvo más atenta a la política que al Derecho;
formal, pero Derecho.
Valentín Cortés
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