Lunes 24 de Enero de 2022
La encrucijada constitucional del Gobierno
El dictamen claramente negativo
sobre el proyecto de Ley de la Vivienda, que el Consejo General del Poder
Judicial va a aprobar próximamente (y del que hoy habla toda la prensa), no puede
ser despachado por el Gobierno con la indiferencia que marca la afirmación,
proveniente de éste, de que el dictamen no es vinculante, sino sólo consultivo.
Porque, lo que el Consejo General del Poder Judicial afirma y argumenta
solidamente es que el proyecto de Ley del Gobierno, amén de otras cuestiones de
difícil encaje en la Constitución, regula materias (el núcleo del Proyecto) que
entran de lleno en las competencias de las Comunidades autonómicas (vid.
nuestra opinión del lunes 17 pasado).
Decir que el dictamen es consultivo
no arregla la posible inconstitucionalidad del proyecto de Ley y, quiera o no,
el Gobierno tendrá que tomar la decisión de oír al Consejo, asumiendo los
errores evidentes y arreglándolos, o
situarse, una vez más, en la órbita exterior de la Constitución. El coste jurídico( por no
hablar del político o económico) de tal decisión es inmenso para el futuro,
pues introducirá en el importante mercado de la vivienda, y de su uso, una
inseguridad jurídica que se mostrará desde el inicio, pues asistiremos no sólo
al planteamiento de diversos recursos de inconstitucionalidad, sino a inevitables
y continuos planteamientos de cuestiones prejudiciales de constitucionalidad por
los juzgados y tribunales, que harán ineficaz la ley, la rodearán de
incertidumbres e incertezas durante un tiempo dilatado y el Tribunal Constitucional
acabará por derogar la ley entera o parte de ella. Un desastre jurídico, social
y económico
Decir que es consultivo es, creo, sinónimo
de apostar por una victoria sobre el CGPJ no ya pírrica, que también, sino por una
victoria irreal y de pura fantasía.
Valentín Cortés
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