Jueves 3 de Diciembre de 2020
Me refiero al crecimiento democrático,
el que se desprende de la separación de Poderes, básico en cualquier Estado de
Derecho. Y a la crisis que estamos sufriendo por las presiones del Gobierno (no
sólo de Podemos) sobre el Partido Popular, con amenazas (¿para quién?) legislativas
en relación con el Consejo General del Poder Judicial.
Ni ha sido admisible jurídica y constitucionalmente
la propuesta de modificación legal en materia de elección de Consejeros de esa institución
(tal como ha sido presentada por los partidos que están en el Gobierno), ni la
manera de hacerlo (proposición de Ley y no proyecto del Gobierno, en claro
fraude de Ley). Y tampoco será admisible (pronto se verán las reacciones
insuperables para el Gobierno), la propuesta de una ley (también en fraude de ley)
para limitar los poderes y funciones que actualmente está ejerciendo el Consejo
General del Poder Judicial en situación de vacancia, no sólo por la forma y el
fondo, sino por la falta de consenso absolutamente necesario cuando se trata de
una materia con esa trascendencia constitucional. Estas consideraciones, ya lo
sé, es muy difícil que la puedan entender y apreciar personas que están negadas
a un análisis no sectario de la Constitución y el Ordenamiento Jurídico que se
desprende de ella. Pero, todo empujará a una crisis, que yo llamo de
crecimiento, en la que se pacte una forma distinta de elegir a los vocales del
Consejo, lejos de la que ahora se demuestra imposible por la necesidad de
algunos partidos de anular al Poder Judicial
Valentín Cortés
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