Viernes 8 de Noviembre de 2019
La ligereza y los protocolos
Hoy, rompiendo una manera de actuar
en este blog, - que he mantenido excepto una vez que hablé del “derecho a copia”
que, por lo que entonces (hace ya muchos años) experimenté, creyó que tenía un
colega que me copió o plagió, como ahora está de moda, descaradamente mis ideas
jurídicas, - voy a hablar de otra cuestión personal.
He leído en los periódicos el caso
de un joven, quien llamando (he oído su voz en las emisoras de radio) al “summa”
para pedir asistencia médica porque se ahogaba (no podía respirar); un señor,
por teléfono, le diagnosticó que respiraba perfectamente (lo he oído),
no consideró que había que asistirle y murió de una trombosis pulmonar a los
siete minutos de la llamada.
Sé, por experiencia personal, que
en esas situaciones no se puede respirar; y sé, por experiencia personal, que,
gracias a un médico de guardia, de madrugada, que supo lo que tenía, pude seguir
respirando y hoy escribo este blog, y lo hago para denunciar lo que, a mí, me
parece, como menos, una “ligereza” médica irreversible y letal: no se
imaginó ese señor, que era médico, que ese joven tenía una trombosis pulmonar;
el que me asistió a mí, sí.
Sólo me queda decir que, frente a
las “ligerezas”, no cabe invocar los protocolos, que es lo que ha hecho
el summa” en un alarde de mal hacer.
Valentín Cortés
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