Miércoles 31 de Noviembre de 2018
Las presiones sobre el Tribunal
Supremo
No cabe la menor duda, leyendo la
prensa de estos días, la de hoy también, que los distintos intereses políticos y
económicos están presionando, cada uno a su manera, a la Sala Tercera del
Tribunal Supremo para influir en la decisión que ha de tomar el próximo lunes
en Pleno acerca del obligado al pago del Impuesto de Actos jurídicos Documentados
en las escrituras de crédito o préstamo con hipoteca.
Me interesan sólo las presiones con contenido
jurídico (que no encuentro fácilmente), pues las de contenido político las
considero totalmente espurias y fuero de contexto. No así las económicas, que
deberían haber sido tenidas en cuenta por el legislador, y que, sin embargo, un
tribunal no puede tener en cuenta si no es para interpretar la propia ley,
indagando cual sea la finalidad perseguida por la propia legislación hipotecaria
en su conjunto (incluida la fiscalidad de la misma).
En este sentido, el Consejero Delegado
del Banco de Santander(vid.www.expansion.com) acierta en el sentido que decimos
cuando afirma, en relación con el problema de la retroactividad ( preñado de presiones
políticas), que “no podemos devolver lo
que no hemos cobrado” y “cuando uno
presta a 25 años no puede estar sometido a revisiones permanentes hacia atrás”.
Acierta porque un negocio jurídico de tan larga duración lo que exige es
certeza y seguridad jurídicas y lo que repele son sistemas retroactivos
impuestos al socaire de presiones o motivaciones políticas.
Valentín Cortés
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