Lunes 1 de Octubre
de 2018
El conflicto Chile-Bolivia
Posiblemente
mal aconsejado, o mal informado, el Gobierno de Bolivia llevó hace años a Chile
ante el Tribunal de la Haya ( Corte Internacional de Justicia) demandando que
se declarara la obligación de Chile de negociar de buena fe una salida al mar
de Bolivia; lo que significaba, lisa y llanamente, pretender que Chile debería
ceder en todo o en parte los derechos adquiridos por el Tratado de 1904 que puso
fin a la guerra entre ambas repúblicas, tras la cual Bolivia perdió y cedió una
franja de terreno de unos 400 kilómetros de costa al Océano Pacífico. Hoy se ha
dictado sentencia, negando la pretensión de Bolivia (vid. toda la prensa digital
de esta tarde).
Porque,
si no cabe la posibilidad jurídica de anular el Tratado vigente desde 1904 – y no
la había -, ¿cómo se puede pretender que la contraparte esté obligada a negociar
una salida al mar, lo que implicaría necesaria y conceptualmente pretender
obligar a alguien a que sus derechos, adquiridos legítimamente y reconocidos
como tal en un tratado bilateral, sean cedidos a un tercero sólo por la
conveniencia económica de éste?
Es
verdad que en el marco internacional (por tanto, también en la Corte
Internacional de Justicia) el Derecho se desdibuja y a veces parece que se
construye hasta con dificultades conceptuales, pero, en este caso, la demanda
de Bolivia se nos antoja realmente sorprendente, siempre, desde el punto de
vista jurídico, como incluso parece que ha sido para la Corte Internacional de
Justicia que no tuvo empacho en manifestar al principio de proceso que, en ningún
caso, aun en el caso de que admitiera la demanda de Bolivia, el Tribunal determinaría el resultado de las
negociaciones.
Valentín
Cortés
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