Viernes 22 de Septiembre de 2017
La eficacia de las medidas
coercitivas del Tribunal Constitucional.
Las medidas que, comentábamos ayer,
había tomado el Tribunal Constitucional para obligar a obedecer a los miembros
de la que podemos llamar Junta Electoral Central del referéndum catalán, órgano
que se antojaba en la parafernalia legalista independentista catalana de gran importancia,
han demostrado una enorme eficacia: primero, porque según la prensa de hoy, la
Generalidad ha cesado al Presidente de aquella, para que no tenga que pagar la multa; y, segundo,
porque, también nos dice la prensa, que
la Generalidad ha pedido, al parecer, la disolución de tal Junta al efecto de
impedir las multas.
A no ser que estemos en presencia
de una descomunal astucia catalana, resulta que, sin haberlo previsto- estoy
seguro-, el Tribunal Constitucional ha conseguido el desmorone de lo que se
presentaba como la garantía final del proceso secesionista y, por tanto, del referéndum.
Deduzco no sólo las pocas o nulas convicciones
de la Generalidad en el tinglado jurídico montado por ella para este “proceso”,
sino la fuerza y eficacia del dinero, cuando se tiene la certeza de que se
puede perder, valga la expresión, “a chorro continuo” por mostrarse decidido a
la desobediencia. Permítaseme la broma: sería la primera vez que un golpe de
Estado se para con la amenaza de multas.
Valentín Cortés
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