Miércoles 22 de Febrero de 2017
Código Penal y sociedad
El Sr. Iceta, máximo responsable
del Partido Socialista catalán, ha declarado a www.elespañol.com que no
sabe si el Sr.Mas será culpable “pero me cuesta verlo como delincuente”. Es
decir, en el fondo, no siente que la desobediencia y la prevaricación sean
realmente delitos.
La frase me lleva a la reflexión de
que, muchas veces, la sociedad no asume que determinadas conductas son
realmente delictivas, por lo que el autor de las mismas no es un delincuente,
por eso le cuesta (al Sr. Iceta)verlo como tal.
Eso ocurre, realmente, al independentismo
catalán que manifiesta que la desobediencia y la prevaricación no son realmente
delitos, quizá pensando que el verdadero delincuente es el ladrón o el asesino.
Como ocurre con otros muchos políticos que no ven más delito merecedor de la dimisión
que los de corrupción.
Pero, ese pecado también lo tiene
el legislador que, a veces, tiene una idea “romántica” y decimonónica de algunos
delitos; por ejemplo, la sedición (art.
544 del Código Penal), pues sigue vinculando impedir la aplicación de las leyes
al tumulto y a la fuerza; y como ocurre con la
rebelión (art. 472 del citado Código) que sigue vinculando con la violencia
y, plásticamente, casi a la presencia de los tanques.
Hay veces, por tanto, que el
legislador no sintoniza con los nuevos modos de la sociedad, y otras que la sociedad
no lo hace con el legislador. La situación más grave para mí es la primera.
Valentín Cortés
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