Jueves 8 de Septiembre de 2016
Mi
posición (1)
De los problemas que atenazan a
España, y que ayer enunciaba, en la entrada del nuevo curso, quiero exponer las
que creo (aventuro) que serán las soluciones jurídicas que les dará el Estado.
En lo que se refiere al problema
catalán, parece evidente que las autoridades de la región seguirán actuando,
desarrollando actos parlamentarios y de gobierno inconstitucionales, en clara
desobediencia al Tribunal Constitucional y en abierta violación de la Constitución.
La reacción del Estado no puede ser
otra (aunque sólo sea por la única finalidad de preservarse de su descomposición),
que aplicar la Ley. Ello llevará al encausamiento penal y destitución de las
autoridades que trasgredan la Constitución, y la nulidad de aquellos actos
tomados.
Y si de lo que se trata es de propiciar una situación
que provoque, a la postre, una ineficaz cadena de encausamientos penales, y de
nulidades, el Estado no tendrá más remedio que aplicar el art. 155 de la Constitución
y acabar con la autonomía de la región catalana.
Ante esa situación política que actualmente
existe, esas decisiones son tan inevitables como su naturaleza estrictamente
constitucional lo es. O se aplican y hay Constitución, o no se aplican y no
habrá Constitución.
Valentín Cortés
Dudar en aplicar la Constitución es de por sí malo. Como en muchas ocasiones "no hacer nada" ante una situación, puede tener consecuencias terribles.
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