Jueves 18 de Febrero de 2016
El
torso desnudo de la Sra. Maestre.
No sé qué dirá el Juez a la hora de
dictar sentencia, sobre un hecho que está admitido; porque la Sra. Maestre, en el asalto a la capilla de
la Universidad Complutense en el campus de Somosaguas, además de proferir otras
lindezas verbales, en forma de consignas, desnudó su torso, y ha declarado en
el Juzgado en relación a ello que “un
torso desnudo no tiene por qué ser ofensivo” (eso recoge toda la prensa
digital de esta tarde). ¡Por supuesto!, diría yo; pero ese no es el problema:
el problema es si puede serlo, en las circunstancias que se dieron en ese
momento.
Por eso, el Juez del caso puede decir, desde
que es manifestación del derecho a la libre expresión del pensamiento (comunicación
no verbal en este caso del pensamiento), hasta que es manifestación artística,
o incluso que no se trata sino de una clara muestra de protesta política, quizá
desafortunada en las formas, pero irreprochable en el fondo. Incluso puede decir
que la Sra. Maestre ha sido perdonada (me imagino que en un ejercicio de
misericordia y caridad cristianas) por el Obispo de Madrid, de modo que por qué
no aplicar la doctrina del perdón del ofendido, haciendo que el ofendido sea el
obispo o la Iglesia. A todo estamos acostumbrados.
El juez puede decir, me temo, pero
es una realidad, lo que quiera; pero no tendrá más remedio que entrar en el
meollo de esa declaración hecha hoy por la Sra. Maestre: ¿fue ofensivo para los
católicos, en general, y para los asistentes en ese momento a la Misa que se
estaba celebrando, que una Sra. se desnude, llevando a cabo la actuación que
consta en la causa?
Deseo hasta límites insospechados
que el juez tenga sentido común y estoy convencido que lo tendrá.
Valentín Cortés
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