Lunes 28 de Septiembre de 2015
Las consecuencias del fraude.
Desde el punto de vista jurídico y
constitucional convocar unas elecciones autonómicas afirmando que son un plebiscito
y convertirlas de hecho en un plebiscito es obviamente un fraude a la Ley y a la Constitución.
Los fraudes a la Ley son nulos de raíz,
de modo que esas elecciones nunca hubieran podido producir los efectos de un plebiscito.
Pero, curiosamente, al convertirlas prácticamente en un plebiscito, se ha
producido el efecto “perverso” de poner de manifiesto el supuesto fáctico en el que se apoya el jurídico buscado con el plebiscito: el quantum de cada opción.
El astuto aprendiz de brujo ha sacado menos votos que hace un par de
años y se ha quedado claramente por debajo de la mayoría absoluta; sólo le queda
lo que menos le sirve en Derecho para el fin que persigue: la mayoría de
escaños en el Parlamento. La consecuencia del fraude es que si antes de la
elecciones la maniobra que pretende era ilegal, ahora lo sigue siendo, pero con
más evidencia, pues hasta los más convencidos ven que ya no es posible.
Valentín Cortés
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