Martes 22 de Diciembre de 2020
La imperiosa necesidad de
una Justicia independiente
Este año que termina ha sido sin
duda en el que se han producido más restricciones al ejercicio de nuestros derechos
fundamentales. Esas restricciones han sido impuestas utilizando mecanismos jurídicos
constitucionales (estado de alarma), por lo que, por ese lado no cabe hacer objeciones,
salvo aquellas que hemos denunciado en este blog.
El problema es que la pandemia, que
nos ataca por oleadas de infección, nos ha demostrado que muchas de las
limitaciones en derechos constitucionales que sufrimos en la primera fueron
innecesarias o lo hubiesen sido si se hubieren tomado medidas de prevención
sanitaria elementales o se hubiese gestionado mejor, o más adecuadamente, la
crisis sanitaria.
Todo esto plantea al jurista un problema
trascendental recurrente en la Teoría General del Derecho a lo largo de los siglos:
la distinción entre Derecho y Ordenamiento Jurídico (Ley), y, en cualquier
caso, la cuestión de si, con aquellas normas y las de ahora, se obtiene el fin
ultimo del Derecho: la Justicia y la Certeza y Seguridad Jurídica, porque el
fin del Derecho no es sólo que se cumpla.
Ni se ha legislado alcanzando la
Justicia, ni se ha alcanzado la Seguridad y Certeza jurídicas. Por eso, ahora es
tan importante, que actúe la Justicia (Tribunal Constitucional incluido), y que
sea independiente (art. 117 de la Constitución), pues será la única manera de
reparar derechos y de exigir, en su caso, responsabilidades por legislar fuera
de los confines del Derecho
Valentín Cortés
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