Martes 9 de Diciembre de 2014
“La exclusiva”
Aunque no me gusta, hoy voy a hacer una especie de reflexión personal
pasada que me ha recordado una noticia de este largo fin de semana. Pido, pues,
perdón.
Durante 42 años he estado en
activo en la Universidad. He tenido la fortuna, creo yo, de, excepto cuatro
años, compaginar mi condición universitaria con la de abogado en ejercicio. Por
eso, menos esos cuatro años, he tenido lo que se llamaba “la plena” o dedicación a
tiempo parcial, y cuando, como abogado, he tenido que actuar como asesor de
organismos públicos, tuve que pedir una cosa que se llamaba la “compatibilidad”.
Esto me ha costado durante años un sueldo ridículo,
ahora una pensión bastante reducida y siempre el estigma de colegas, los que se
autodenominaban “puros”, que, curiosamente, con más o menos artilugios, además
de estar dedicados a tiempo completo a la Universidad, se dedicaban a la misma
abogacía que yo, pero teniendo entonces un
sueldo digno y ahora una pensión máxima.
Todo esto me ha recordado ese señor de Podemos que
dice que le faltaba un papel, cuando
le han abierto expediente por no dedicarse en exclusiva a la Universidad y, además,
desarrollar otras actividades lucrativas.
¡Eso no es un papel!
Valentín Cortés
Un contrato, es un papel; un testamento, es un papel; una carta de amor, es un papel; la declaración de la renta es un papel; el permiso de circulación es un papel; los papeles representan actos jurídicos o actos en los que se manifiesta la voluntad de su autor. Las solicitudes dirigidas a la Justicia y la Administración se documentan en un papel. No conviene trivializar interesadamente la importancia de los papeles porque detrás de cada papel hay algo mucho más que un papel.
ResponderEliminarUn saludo, Prof. Cortés.