Martes 29 de Marzo de 2022
Los políticos catalanes en
su laberinto de desobediencia
Ha terminado el plazo que el Tribunal
Superior de Justicia de Cataluña había dado a la Generalidad catalana para que
tomara las medidas necesarias para garantizar que todos los alumnos recibieran
de forma efectiva e inmediata la enseñanza, por lo que respecta al español, al
menos en el 25 por ciento de las materias. Medidas que no se han tomado, por
muchos anuncios que se hayan hecho de modificaciones legales.
Eso significa que la Generalidad y
sus responsables en la enseñanza no han cumplido voluntariamente la sentencia y
se inicia (si así lo piden los legitimados para ello) la fase de ejecución judicial. Cuando la ejecución de la sentencia depende
exclusivamente de la voluntad del ejecutado, no pudiéndose sustituir la realización
de sus actos de ejecución por otros de la propia Administración de Justicia, se
pone en marcha un sistema muy simple de coerción y de coacción judicial para
doblegar la falta de voluntad del ejecutado, lo que conlleva requerimientos a un
hacer concreto y sanciones de todo tipo, incluidas las penales, cuando menos,
por delito de desobediencia.
Al final, dada la tendencia al fraude legal y
a la desobediencia de ciertas autoridades autonómicas catalanas, mucho me temo
que se inicie un peligroso camino de responsabilidades penales personales que acabará, sin duda, con la protección total
e integra del derecho a la tutela efectiva que se les ha reconocido a los
recurrentes que dieron lugar al recurso que ha dado a esta sentencia firme que
ahora empezará a ejecutarse
judicialmente.
Valentín Cortés
No hay comentarios:
Publicar un comentario