Miércoles 24 de Marzo de 2021
La coherencia en la arbitrariedad
En este blog hemos clamado, durante
los sucesivos estados de alarma, contra la arbitrariedad de las medidas
que, en muchas ocasiones, han tomado las autoridades cuando nos restringen y limitan
nuestros derechos, sean fundamentales o no. La queja tiene todo el fundamento
porque, además de que la arbitrariedad es anticonstitucional (art. 9 de la Constitución),
produce un efecto pernicioso de incerteza e inseguridad jurídicas (también
proscritas en nuestra Constitución, art. cit.) que acaba por minar la confianza
y obediencia a las leyes y normas de obligado cumplimiento.
Pues bien, ante el clamor que en
Semana Santa se cierren los territorios de la Comunidades Autónomas a los
nacionales y que, sin embargo, estén abiertas al turismo extranjero (con repercusión
incluso en Europa), el Sr. Sánchez (lo leo en www.efe.com) ha
manifestado, sin dudar lo más mínimo, que “España es coherente en sus
restricciones”.
La coherencia no es una
exigencia constitucional, ni está amparada por la Constitución; el Sr.
Presidente es, sin duda, coherente desde que comenzó la pandemia porque gran parte
de sus imposiciones y restricciones de nuestros derechos son coherentes las
unas con las otras, tienen una lógica interna como un hilo conductor que las une
y aglutina: esa coherencia desgraciadamente es la arbitrariedad que tantas
veces hemos denunciado (y que el Tribunal Constitucional todavía no ha
analizado).
Valentín Cortés
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