Lunes 25 de Febrero de 2018
Roma y el MWC
Si algo conmueve de la película “Roma”, que hoy ha perdido la batalla de
“los oscar”, es la exquisita educación
de la protagonista, lo que, junto a su bondad, ha hecho, posiblemente, que la película
en la que interviene haya superado cumbres que posiblemente no pensaba su autor
alcanzar.
Cito este tema porque -¡gran
contrapunto!- toda la prensa hace referencia a los desplantes de las autoridades
catalanas (especialmente, el Sr. Torra) al Rey en el Mobile World Congress. Al contrario que la chica de servicio de la película
citada, estas autoridades son maleducadas.
Pues bien, yo creo que, como todos
los actos derivados o con origen en la mala educación (en este caso, además, de
personal, política), estos desplantes no deben tener, en principio, un reflejo
en el campo jurídico, pues son dos mundos (el de los buenos modales-buena
urbanidad y el del Derecho) que son paralelos y que no inciden el uno sobre el otro.
¡No está sancionado jurídicamente ser maleducado!
Sin embargo, unas autoridades y una
Autonomía, que tienen encima de sus cabezas (al parecer, según sean los resultados
electorales próximos) la espada de Damocles de la aplicación, mas bien severa,
del art. 155 de la Constitución, deberían modular sus malos modales, pues pudiera
pasar que la educación (la mala, se
entiende) incidiera negativamente en el clima político y este, a su vez, avivara
o exaltara una más numerosa exigencia de aplicación del orden constitucional.
De donde, los malos modales acabarían por tener trascendencia jurídica y
constitucional, o, al menos, ayudarían a una más “fácil” aplicación de esa
medida estrictamente jurídica.
Valentín Cortés
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