Martes 23 de Noviembre de 2021
¿Obligación de vacunarse del covid?
Es real la preocupación por una
nueva ola de infecciones del covid y la resistencia de una parte de la población
a vacunarse. Está presente estos días de forma generalizada en la prensa.
Personalmente no entiendo la postura de quien se niega a vacunarse, sin razones
médicas serias para ello, pero es evidente que mi opinión no es en este blog “personal”,
sino jurídica, que es la que voy a dar.
¿Se puede obligar a la vacunación? Bien, tanto en el art. 30.4 como el 43.2 de la
Constitución, se permite al Estado, mediante Ley, imponer deberes a los ciudadanos
en los casos de grave riesgo o
calamidad pública (art. a30.4), como organizar y tutelar la salud publica
mediante, además de otras cosas, el establecimiento de derechos y deberes
de todos al respecto (art.43.2). Es decir, que frente al amplio abanico de
derechos individuales que la Constitución otorga a los ciudadanos, y que podían
ser invocados por los “negacionistas”, el Estado, en función de bienes
colectivos, claramente delimitados y prestablecidos, permite la imposición de
deberes a los ciudadanos que, a de alguna manera, limiten aquellos derechos fundamentales.
Obsérvese que la Constitución no habla de la imposición
de obligaciones En este campo, según mi opinión, no cabe imponer la obligación
personal de soportar la vacunación, pero sí la imposición de la carga jurídica
si es que queremos tener expectativas o perspectivas legales de poder realizar
determinadas actividades que están relacionadas con nuestro status jurídico. Es
posible, pues, la imposición de un deber, si queremos actuar un poder.
Por eso, en mi opinión, es constitucional el llamado pasaporte covid en su más
amplio sentido, pues, por otra parte, todos tenemos frente al Estado y frente a
los demás ciudadanos el derecho a la protección de la salud (la nuestra) tal
como taxativamente se recoge en el art. 43.1 de la Constitución. Por eso, bajo mi punto de
vista, es imprescindible que se promulgue una ley de Pandemias que regule todo
este gran problema sanitario, pero, también, jurídico
Valentín Cortés