Viernes 21 de Noviembre de 2025
La sentencia del Tribunal Supremo (TS) de condena
del Fiscal General y la moral del Gobierno
Mientras esperamos el contenido (fundamentos)
de la sentencia TS condenatoria del Fiscal General (que no me cabe duda de que
será peor noticia todavía para quien defiende al Sr. Ortiz), lo que más me ha
sorprendido ha sido oír al Sr. Bolaños quien, con toda pomposidad, ha declarado
que, frente al deber legal de respetar el fallo, el Gobierno
tiene el deber moral de anunciar su discrepancia con la sentencia;
como el Juez a lo único que está sometido es a la ley [art. 117 Constitución (CE)]
y de la sentencia sólo conocemos el fallo, cuando el Sr. Bolaños lea la
sentencia completa, además de que me parece muy probable que tendrá aún más discrepancias que las que siente ahora,
podrá hacer de ella el análisis que es
posible: el jurídico, por lo que ese deber moral, que dice tener y
sentir, seguirá siendo inhabilitante
para criticar la sentencia. Pero sobre la sentencia hablaremos en su momento, cuando
la conozcamos.
En este momento, pues, lo que me ocupa
es, por una parte, que el Gobierno discrepe de una sentencia que no está hecha
y, de otra, que el Gobierno sienta un deber moral de discrepar, que, en ningún
caso, se contempla en la Constitución (CE), pues los poderes públicos a lo único
que están sujetos (obligados) es a respetar el Ordenamiento Jurídico (art.9 CE),
que tiene como valores superiores (art. 1.1 CE) la libertad, la justicia, la
igualdad y el pluralismo político. No hay, pues, referencia a la moral
de nadie y tampoco del Gobierno, por ningún sitio, que le permita criticar
una sentencia, pues sólo cabe la crítica jurídica, de donde deduzco que esa
moral que dice tener el Gobierno, si es que la tiene, es inane a todos los
efectos, aunque vaya dirigida evidentemente a deslegitimar la sentencia y al TS
que la ha dictado. Como jurista no me importa nada la supuesta moral del
Gobierno, sólo me importa si la sentencia se adapta a los arts. citados de la
Constitución, y esa es la única discrepancia que puede y podrá tener, en
su caso, un Poder del Estado, como es el Gobierno, con la sentencia del TS. Todo lo demás es deslegitimación del Poder Judicial.
Valentín Cortés
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