Lunes 30 de Noviembre de 2020
La visión de una
Constitución hueca
Dice el Sr. Rodríguez Zapatero (vid.
www.europapress.es) que el
ofrecimiento que su Gobierno hizo a ETA fue que dejara la violencia para participar
en el juego democrático y que en ese participar no se le impedía “votar los Presupuestos
del Estado”.
Se trata, evidentemente, de una justificación
del acuerdo del Gobierno en plena ola de reacciones políticas contrarias,
dentro y fuera del Partido Socialista, pero una tan mala justificación que
viene a confirmar el peor escenario de los que se debaten en la prensa, porque,
en efecto, las palabras del ex Presidente recuerdan al viejo aforismo jurídico
de excusatio non petita, accusatio manifesta. En efecto, no creo que
nadie defienda el absurdo constitucional de que nuestra Constitución ampara, o
ampararía, que un grupo parlamentario no pudiera votar un determinado proyecto
de ley o que lo hiciera en el sentido que estimase oportuno. Las posibilidades
de Bildu de votar la Ley de Presupuestos le vienen dada por la Constitución, no
por lo que acordara con el Sr. Rodríguez Zapatero. La tendencia a ver el Derecho
como una forma hueca -claramente signo de fraude, como nos tienen demostrado
los secesionistas catalanes- hace que el Sr. Rodríguez Zapatero crea que queda
todo arreglado con ese “pensamiento mágico” que obvia la razón última, es
decir, las ventajas, que se obtienen por votar una determinada Ley y, en nuestro
caso, que obvia el análisis de si esas ventajas son totalmente acordes o no con
la letra, el contenido y el espíritu de la Constitución. Ese es el problema
constitucional y legal que plantea el acuerdo con Bildu; lo demás es cascaron
hueco y sin contenido.
Valentín Cortés