Viernes 24 de Junio de 2016
La voluntad del pueblo soberano
Hoy que todo está lleno de pésimos
augurios políticos y malísimas realidades económicas para los británicos y para
los demás, ya digo que en poco tiempo, quizá días, nos platearemos los europeos
dos cuestiones que tienen gran contenido jurídico.
Sin duda se va a iniciar el debate
de los límites objetivos de los referenda,
pues es evidente que las decisiones que toma el pueblo soberano sobre una
cuestión determinada pueden tener unos efectos, directos e indirectos, que por fuerza no
se han podido prever; y cualquier acto de voluntad (como lo es ir a una urna y
depositar la papeleta del sí o del no) para no ser
cuestionado debe asumir esa condición esencial del conocimiento.
El segundo debate será dilucidar
quién pagará los platos rotos que produce la decisión (obviamente, y además,
ignorante) de un pueblo soberano en los bolsillos de ciudadanos de otros
pueblos igualmente soberanos. Porque toda la ingente normativa de la Unión
Europea (puro Derecho) se ha promulgado, y aceptado por el resto de los países,
bajo el principio de una permanencia de sus miembros, si no de Derecho, si de facto y, por si fuera poco, para siempre.
Y aunque pueda parecer exagerada
esta opinión, ya anuncio que la solución de estos problemas, eminentemente
jurídicos, aunque con enorme trascendencia económica, política y social, condicionará la política de futuro de la Unión Europea.
Valentín Cortés
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