Valentín Cortés Domínguez

Valentín Cortés Dominguez es Catedrático de Derecho Procesal. Ha sido abogado con 47 años de experiencia, conferenciante y autor de múltiples publicaciones jurídicas y de manuales de derecho procesal que son libros de texto en distintas universidades españolas y de América latina.

lunes, 16 de diciembre de 2019


Lunes 16 de  Diciembre de 2019

El buen habilitador

Los medios de comunicación de esta mañana destacan que las negociaciones para investir como Presidente al Sr. Sánchez  dependen de la que llaman “semana judicial” del independentismo: Puigdemont en Bélgica, donde se decide su entrega a España; Junqueras ante la justicia europea, que decide su inmunidad teórica, lo que afecta al huido; y Torra en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, donde se ventila su inhabilitación más que segura para la política en los próximos años.

Parece que se trata, efectivamente, de una situación intolerable, pues a poco que se observe la realidad se llega a la conclusión que esa situación se produce por negociar con un partido político condicionado por delincuentes ya condenados, por presuntos y probables condenados próximamente por la Justicia o por huidos y prófugos de la Justicia española, y todos ellos afectados por la actual o próxima inhabilitación para cualquier cargo público.

Curiosamente, cuando el Código Penal regula la inhabilitación, como pena que castiga la comisión de delitos, lo que se quiere conseguir es que la persona así condenada salga del círculo de influencia política o administrativa; es decir, quiere librar a la sociedad de una actuación que se considera perversa jurídica y socialmente.

El Sr. Sánchez ha inventado, pues, dándole este protagonismo a esas personas, la manera de habilitar al inhabilitado, por lo que si jugáramos al trabalenguas acabaríamos por decir “…buen habilitador será”.

Valentín Cortés

 

viernes, 13 de diciembre de 2019


Viernes 13 de Diciembre de 2019

El relativismo constitucional del Sr. Iceta.

Leo en www.elindependiente.com un amplio resumen de las declaraciones de esta mañana del Sr. Iceta que, como sabemos, es la máxima representación socialista en Cataluña.

A mí me da igual que el Sr. Iceta esté anclado en el relativismo político, que lo mismo le da blanco que negro en una especie de “amoralidad política” en la que parece creer. Pero debemos opinar sobre el hecho de que ese relativismo lo traslada al Derecho y a la Constitución y, siendo así, debo denunciarlo y condenarlo.

No es lo mismo, tal como cree el Sr. Iceta, desde el punto de vista constitucional, nacionalidad que nación, refiriéndose al art. 2 de la Constitución, porque para ésta la única Nación (¡además con mayúscula en el texto constitucional!) es la española. Y no es lo mismo negociar de autodeterminación y de amnistía de Gobierno a Gobierno (como admite el Sr. Iceta, pensando que da lo mismo quien negocie) que si esa negociación la llevan a cabo dos partidos políticos o, incluso si exageramos la eficacia que pueda tener, si la negociáramos el Sr. Iceta y yo mismo, lo que tendría la misma nula eficacia que si la negociaran dos partidos: el del Sr. Iceta y el del Sr. Junqueras.

El Sr. Iceta todavía no sabe que el relativismo jurídico no existe en la Constitución; sólo es posible su modificación y, por demás, constitucional.

Valentín Cortés

jueves, 12 de diciembre de 2019


Jueves 12 de Diciembre de 2019

Hoy más que una opinión, un vaticinio

En estos prolegómenos y presentación de lo que es y será la negociación del PSOE con los independentistas para que el Sr. Sánchez sea Presidente del Gobierno, presentación de lo que ambas partes quieren que aparezca como un combate político ( que todo el mundo piensa y sabe que esta amañado), el mundo independentista ( vid por ejemplo hoy www.republica.com) exige que sea una negociación bilateral de Gobiernos y que se acuerde sobre la amnistía y la autodeterminación.

Tanto el PSOE, como el Gobierno de la Nación, como incluso los independentistas, saben que un acuerdo entre Gobiernos sólo cabe en determinadas materias, pero que, sin ninguna duda, no cabe en cuestiones anticonstitucionales como son la amnistía (prohibida en el art. 62 de la Constitución) y la autodeterminación (contraria a la esencia misma de la Constitución).

Siendo así, y opinando que el PSOE no traspasará esas barreras constitucionales, de ¿qué, pues, hablan en esa preparación del combate? Sólo se me ocurre que todo esto esconde, no tanto peticiones anticonstitucionales como solicitudes vehementes de prevaricaciones concretas y futuras que, sin duda, pasaran factura jurídica a los que caigan en la tentación.

Valentin Cortés

miércoles, 11 de diciembre de 2019


Miércoles  11 de Diciembre de 2019

El castigo a la deslealtad constitucional.

La bondadosa visión constitucional de nuestros constituyentes hizo que no se previera la deslealtad constitucional y su castigo, por eso Esquerra Republicana se permite el lujo de no acudir a las consultas del Rey a fin de proponer un candidato a la presidencia del Gobierno. Ni tiene ese castigo, ni tampoco tiene el rechazo institucional y político del PSOE, pues, en caso contrario, este partido no negociaría con aquel la formación de Gobierno.

Claro está que el art. 99 de la Constitución permitiría que el Rey, - dado que no puede consultar con Esquerra Republicana y por tanto no puede saber, previa consulta (eso dice el art. citado) con este partido, si apoya o no al Sr. Sánchez, - no propusiese a éste o propusiese a otro que pudiera tener los apoyos necesarios.

Si esa fuera la solución estaríamos, sin duda, en un avanzado estado de la democracia en España, pero, sinceramente, opino que la democracia en España todavía no ha asimilado que la deslealtad constitucional debe ser castigada institucionalmente con severidad.

Valentín Cortés

 

martes, 10 de diciembre de 2019


Martes 10 de Diciembre de 2019

Dialogo constitucional penoso, en cualquier caso

Toda la prensa de este martes, post “puente”, se ocupa en extensión de las negociaciones entre PSOE y Esquerra republicana. Las últimas noticias que tenemos es que se avanza en la búsqueda de la solución del “conflicto catalán”.

Ese llamado conflicto – no olvidemos que estamos en conversaciones donde se practica el “cantinflismo” (que yo definiría como hablar uno con otro sin saber lo que decimos, sin importarnos que así sea, pero suponiendo que, al final, nos entendemos)- significa que Esquerra quiere subvertir el Orden constitucional y que el PSOE no lo quiere, pero que no le importaría que la contraparte así lo entendiera, con  tal de que  así no pareciera a los que están presenciando la escena: es decir, a nosotros.

Pero, el que “sufre” el “cantinflismo”, al final, quiere hechos, actos; y es ahí donde está el problema, porque el genuino Cantinflas nunca hizo nada, ni propició hechos, ni mucho menos llevó a cabo actos que supusieran engaño a los espectadores: es decir, a nosotros.

Ese es el problema que tiene el PSOE para dialogar o negociar con Esquerra: que tiene que romper el Orden constitucional. ¡A no ser que Esquerra también esté “cantinfleando”! Y en cualquiera de los supuestos este dialogo es penoso e insoportable constitucionalmente.

Valentín Cortés

 

 

 

jueves, 5 de diciembre de 2019


Jueves 5 de Diciembre de 2019

Políticos fuera de la realidad social

Toda la prensa digital, o, al menos, la menos sectaria (desde el punto de vista no independentista), pone de relieve que los condenados por sedición podrán disfrutar de un régimen de semi-libertad a partir de los próximos días.

No me cabe duda jurídica que eso será posible por una aplicación (interpretándola, digámoslo así, de forma generosa) de la Ley Penitenciaria.

Como no se me oculta que esa interpretación generosa es posible porque el Tribunal Supremo no accedió a la petición del Ministerio Fiscal de que se cumplieran un mínimo de las penas impuestas en la sentencia por sedición. Sin duda pudo hacerlo, pero también aplicó de forma generosa, interpretándola, la legislación penal.

En nuestra legislación penal tenemos un problema muy grave que, dudo mucho, pueda ser arreglado ahora que estamos inmersos en este batiburrillo de poderes políticos entrecruzados; problema que consiste en que el legislador penal pensó tanto en la reinserción del condenado que se olvidó de los intereses de los perjudicados por el delito, y permite, y casi impone, las interpretaciones “generosas”.

Pero, claro, estos problemas jurídicos incomodan gravemente al político que prefiere pensar que es más progresista y democrático (¡por supuesto adaptado a la Constitución!) proteger al delincuente y olvidarse de la víctima, que, a la postre, somos todos los ciudadanos, y que deben ser el centro de la justificación de la existencia del Derecho penal. Porque,¿ si no para qué se castigan penalmente conductas?

Valentín Cortés

 

miércoles, 4 de diciembre de 2019


Miércoles 4 de Diciembre de 2019

El Sr. Ábalos y las películas malas del oeste

Como en las películas malas del oeste, si un hilo muy débil de humo se eleva por detrás de la colina, ya sabemos que a los dos minutos aparecen cientos de indios a caballo dispuestos a asaltar la caravana de pacíficos granjeros, en la política de hoy si un ministro, como el Sr. Ábalos, (www.abc.es) dice, en relación a la política catalana, que la voluntad del Gobierno es “encarar el conflicto y no negarlo” y que “hay que buscar cauces de expresión para que el independentismo no tenga que situarse fuera de la Ley”, debemos estar seguros que estamos próximos a una irremediable violación de la Constitución, para que, interpretándola, haga posible una ley que permita que el independentismo “ no se tenga que situar fuera de la Ley”.

Escribo esto para recordar a los miembros del Tribunal Constitucional que han sido elegidos, no sólo para resolver “esplendidos” recursos de amparo, que sólo interesan al sujeto que tiene la suerte de que se lo admitan a trámite, sino para preservar el orden constitucional. Que sin duda tendrán ocasión de hacerlo cuando, dentro de unos meses, se enfrenten (tan inevitablemente como en las películas del oeste) a los “indios” que quieren asaltar el orden constitucional en el que nos amparamos modestos y probos ciudadanos. ¡De aquellos dependerá que esta particular película termine bien!

Valentín Cortés