Valentín Cortés Domínguez

Valentín Cortés Dominguez es Catedrático de Derecho Procesal. Ha sido abogado con 47 años de experiencia, conferenciante y autor de múltiples publicaciones jurídicas y de manuales de derecho procesal que son libros de texto en distintas universidades españolas y de América latina.

viernes, 28 de septiembre de 2018


Viernes 28 de Septiembre de 2018 

La última derivada

Nos referíamos el lunes y martes a los problemas que engendrarían las declaraciones del Presidente de Gobierno sobre la necesidad de llegar a una solución, como en Quebec, para Cataluña.

La última derivada de esas declaraciones (el lunes y el martes exponíamos dos conjuntos de problemas que engendrarían) se manifiesta cuando el Presidente de la Generalidad le espeta al del Gobierno (vid. elmundo.es) que deje de hablar de “priorizar el conflicto”, como táctica de los independentistas, y que llegue a un pacto como el de Quebec con referéndum incluido, precisamente lo propuesto por el Presidente de Gobierno.

En la solución de los problemas (y ahora estamos implicados en la solución jurídica del problema catalán), la introducción en el debate de falsos, o legalmente inaceptables, supuestos o soluciones (es lo que hizo el Sr. Sánchez con aquellas declaraciones) da como resultado una pérdida alarmante de fuerza, que, en el caso concreto, padecen precisamente los tribunales españoles. Porque si la rebelión o la sedición que va a juzgar el Tribunal Supremo tiene su origen en la promulgación de leyes por la Generalidad que permitían consultas populares ilegales, que, además, se llevaron a cabo con violencia en las personas y cosas, ¿Cómo es que ahora una de las partes ( el Estado) le ofrece a la otra( los presuntos delincuentes) la realización precisamente de un referéndum que es ilegal dentro de nuestra Constitución? ¿No comprende el Sr. Sánchez que eso es dar una baza al Sr. Torra incompatible con la tarea que llevan a cabo el Tribunal Supremo, la Audiencia Nacional y demás tribunales que juzgan precisamente aquellos hechos?

Y como dar una opinión jurídica, como es mi cometido en este blog, no ampara los prejuicios o juicios de intenciones, no voy mas allá de la constatación de los hechos que he efectuado.

Valentín Cortés

 

jueves, 27 de septiembre de 2018


Jueves 27 de Septiembre de 2018 
La receta Iceta
He leído en www.lavanguardia.com una amplia referencia sobre unas declaraciones públicas de esta mañana del Sr. Iceta acerca del problema catalán.
No voy a entrar en comentar, obviamente, el contenido político de lo que, parece ser, él mismo llama “receta Iceta”; pero no quiero dejar de hacer constar que, entre el batiburrillo de afirmaciones que se hacen por el Sr. Iceta, hay algunas de contenido jurídico que no parece equivocado imaginar que no se deben al desconocimiento y sí a la clara intencionalidad de minar la actuación de los Tribunales y unirse a la estrategia que sigue el Gobierno y demás políticos cercanos. Así, el Sr. Iceta no sabe “cómo encaja el delito de rebelión en lo que sucedió en Cataluña”; y, al mismo tiempo que afirma que hay que dejar que los tribunales dicten sentencia, dice que “la prisión preventiva de los soberanistas está durando mucho”.
La primera afirmación sólo se la puede plantear alguien que tenga grandes conocimientos de Derecho Penal, que sea capaz de distinguir el supuesto de hecho de un tipo penal y de otro; y, sobre todo, que tenga un amplio conocimiento del sumario o sumarios que se sustancian en este momento. Si es así, sabrá que los hechos que se investigan( que no se reducen como dice el Sr. Iceta a la hora y nueve segundos que duró la independencia) son de tal gravedad que la prisión preventiva, dadas las demás circunstancias, no es algo que jurídicamente se pueda discutir, se califiquen como rebelión o como sedición. Y modestamente afirmo que no me constan ni las capacidades jurídicas del Sr. Iceta, ni que conozca a fondo los sumarios que se han sustanciado.
Yo creo que no cabe dar “recetas” si se ayuda (uno más en la lista) a desacreditar las decisiones que vienen del Tribunal Supremo y de los demás Tribunales que juzgan “lo que sucedió en Cataluña”, como dice el Sr. Iceta; pues difícilmente habrá solución política, incluida la que defiende él, si no se acepta previamente la solución jurídica, lo que veo difícil que haga si se desacredita desde ahora.
Valentín Cortés

miércoles, 26 de septiembre de 2018


Miércoles 26 de 2018
Una encuesta de distracción
Mi escepticismo sobre las encuestas políticas del CIS, tengo que confesarlo, es grande. Por eso la noticia de que un 69,6% de la población española, según la última encuesta del CIS, (vid. la noticia en www.elindependiente.com) entiende que es “necesario” modificar la Constitución de 1978 no ha hecho sino aumentarlo. Yo dudo mucho que la población española sepa cuál es el contenido de la Constitución o, siquiera, que sepa por aproximación cuáles de las cuestiones que le preocupan dependen del contenido de la Constitución, o que sepa cuál es el mecanismo establecido para modificar la Constitución y la trascendencia de iniciar ese camino de modificación. No es extraño lo que digo porque, por ejemplo, ya vimos que un pueblo tan teóricamente culto como el británico fue a un referéndum y votó sin saber lo que significaba hacerlo a favor o en contra del Brexit.
Por tanto, le doy credibilidad nula a esta conclusión de la encuesta, que es la única que comento, por tener, además de un claro contenido político, un trascendente contenido jurídico.
Ahondando en la noticia se sabe algo tan sorprendente como que la mayoría, de los que entiende que es “necesaria” la reforma, llega a esa conclusión porque entiende que hay que mejorar ”la coordinación de las competencias en sanidad y educación” o porque creen “que hay que profundizar la transparencia y control, de la actividad política”, que, sin duda, se pueden mejorar hasta el infinito sin necesidad de cambiar una coma a la Constitución. A no ser que lo que le preocupa a esa inmensa mayoría de españoles sea la estructura autonómica de nuestro Estado; pero eso curiosamente ni se pregunta ni se refleja en la encuesta.
 
Valentín Cortés
 

martes, 25 de septiembre de 2018


Martes 25 de Septiembre de 2018 

La otra derivada

Ayer nos referíamos a unas declaraciones del Presidente sobre el tema catalán que son, en si mismas, un enorme error de análisis, que se hace político cuando es jurídico lo obligado.

Las declaraciones del Presidente son el culmen de otras que provienen, como es sabido, de una especie de amplia panoplia de políticos del Gobierno que lo que hacen es proponer soluciones judiciales (libertad de los investigados con censura incluida a la prisión ordenada; indulto para después de la sentencia con censura, por tanto, a la misma condena, etc.) que, en definitiva, son contrarias a las decisiones tomadas por los jueces y que suponen claramente socavar la legitimidad y justicia de la actividad que llevan a cabo los órganos judiciales en relación con los presuntos delitos cometidos. Estos políticos dicen que las medidas judiciales (legales) no son justas y el Presidente, poniendo la guinda en el pastel, habla de soluciones políticas.

Yo creo que el Presidente del Consejo del Poder Judicial, como máxima autoridad del Tercer Poder del Estado, debería defender públicamente algo tan importante como la independencia de la Justicia, censurando lo que no es crítica legitima, sino presión inaceptable del Ejecutivo sobre el Judicial.

Valentín Cortés

lunes, 24 de septiembre de 2018


Lunes 24 de Septiembre de 2018

El método y el caos

Tantas veces he hablado de la necesidad de analizar bien la naturaleza del problema para aplicar, en su solución, el método adecuado, que puedo parecer aburrido, pero dado que, tal como hemos comprobado la semana pasada, parece ser que  algunos políticos no han aprendido evidentemente en sus estudios lo suficiente sobre la necesidad del método, me parece oportuno insistir ahora en el tema.

Dice el Presidente de Gobierno (vid. la prensa de esta mañana) que en Cataluña hay que aplicar la solución política canadiense de Quebec, culminando el rosario de opiniones de ministros y demás autoridades que apuntan a la solución política del “tema catalán” (el indulto de los presos es una solución política, máxime cuando se habla de ella antes de la necesaria condena judicial).

El desenfoque metodológico del Presidente proviene de sostener que el problema de Quebec era de la misma naturaleza que el problema catalán, obviando el detalle de que allí no hubo rebelión o, si queremos, sedición, ni comisión de una retahíla de delitos que ahora están investigando los tribunales y que, en un tiempo, serán juzgados. Difícilmente eso es un conflicto político, pues es claramente un conflicto jurídico que, en aplicación del método científicamente adecuado, llevaría al Presidente y ad lateres a no poder invocar ahora soluciones políticas.

Buscar y aplicar una solución metodológicamente inadecuada no sólo no soluciona el problema concreto, sino que puede agravarlo considerablemente. Por eso, si se quieren aplicar soluciones políticas, hágase, pero, primero, hay que solucionar el problema jurídico, y cuando esté solucionado, segundo, hay que buscar, invocar y aplicar las soluciones políticas que admita el Derecho y aplicarlas tal como lo admita el Derecho. Todo lo demás es el caos.

Valentín Cortés

viernes, 21 de septiembre de 2018


Viernes 21 de Septiembre de 2018

Ni siquiera ratón

Ya dije hace días que el tema de los aforamientos sería el parto de los montes. Pasados estos días, creo que puedo haberme equivocado.

Se trata de una materia, la de la eliminación de los aforamientos, que exige, según quieren algunos, la reforma de la Constitución con referéndum incluido. Según quieren otros, puede que sólo exija la reforma de la Constitución por la vía rápida. Según desearían otros, la reforma de los estatutos autonómicos; o, si acaso, en el mas sencillo de los supuestos, se exigiría la reforma de leyes orgánicas, como la Ley Orgánica del Poder Judicial.

No es pensable que el Presidente de Gobierno no fuera consciente de estas circunstancias al anunciar la eliminación de los aforamientos en nuestro ordenamiento, ni de los apoyos desiguales y de todo tipo que necesitarían tales reformas y de los rechazos cruzados que implicarían algunas de ellas. No es pensable que no supiera que era una propuesta condenada al fracaso.

Por eso, quizá me equivoqué y más que el parto de los montes sea el aborto de los montes, pues puede ser que el ratón nazca antes de tiempo y en forma de fracaso político, pero sobre todo jurídico, pues ese problema hay que arreglarlo, sí, pero por el camino adecuado, como también advertí en su momento, y con las limitaciones adecuadas.

Valentín Cortés.

jueves, 20 de septiembre de 2018


Jueves 20 de Septiembre de 2018 

Jueces acríticos

Toda la prensa recoge la escandalera que ha puesto en marcha el Sr. Torra, Presidente de la Generalidad catalana, al publicarse que una serie de jueces, en un chat privado, que de alguna manera se ubica en el Consejo General del Poder Judicial, hablan de golpistas para referirse a los presos catalanes acusados de rebelión.

Es evidente que llevarse las manos a la cabeza, pedir dimisiones, airear la noticia como signo de la falta de independencia de la Justicia en España, no tiene más destinatario que el exterior por si acaso, en el futuro, un juez de cualquier país de la Unión o el propio Tribunal europeo dicta una resolución en el sentido que tanto ansían los independentistas.

Pero fuera de eso, lo que el Sr. Torra cínicamente pretende es que los jueces sean acríticos, que no tengan criterio jurídico penal y que no sean seres pensantes. El juez acrítico no existe; lo que tiene que existir y exigirse es el juez imparcial y para eso, en caso de duda, están la abstención del juez que se sienta parcial con la causa que va a juzgar o la recusación del juez por la parte procesal cuando crea que el juez que lo va a juzgar no es imparcial. Pero que yo sepa el Sr. Torra, hasta el momento, no ha sido imputado o acusado de ningún delito.

Valentín Cortés

miércoles, 19 de septiembre de 2018


Miércoles 19 de Septiembre de 2018
Fraude de Ley
Utilizar una disposición adicional de proyecto de ley en  tramitación parlamentaria, para regular una materia que nada tiene que ver con el objeto de la Ley en cuestión,  es una práctica que ha sido común y continuada en nuestra historia democrática legislativa.
Hasta ahí, no hay peros. Pero si esa técnica se utiliza para conseguir un fin no querido por la ley, o que no se hubiera conseguido de seguirse en camino adecuado estamos ante un fraude a la Ley.
Las Cortes pueden privar al Senado de su veto en la aprobación del techo de gasto presupuestario, pero si para eso se utiliza un camino que no es el establecido legalmente, sino otro que nos permite el mismo resultado obviando las dificultades que provienen de las mayorías parlamentarias del momento, estamos ante un fraude a la Ley  y a la Constitución y  ante una perversión democrática inadmisible.
Valentín Cortés
 
 

martes, 18 de septiembre de 2018


Martes 18 de Septiembre de 2018
 
La Unión judicial europea
Es verdad que las decisiones de los jueces belgas y alemanes en relación con la entrega de prófugos de la Justicia española han abierto graves y severas críticas en España sobre la inexistencia de un marco judicial europeo que, realmente existe, pero que no llega a la desiderata que cada uno de los europeos esconden en el fondo de su pensamiento.
Ahora (vid. una buena crónica en www.republica.com) nuestra Audiencia Nacional ha rechazado la extradición  a Suiza( que no es evidentemente la Unión Europea, pero que nos sirve de ejemplo) del financiero Falciani porque el delito por el que se pide la extradición a Suiza, el espionaje financiero, no tiene encaje en nuestro Código Penal. Esto es igual a lo que han argüido los jueces belgas o alemanes, que tanto nos ha molestado.
Este caso (Falciani), como otros que no son de dominio público, lo que demuestran es que queda un gran camino que recorrer para que, en definitiva, las decisiones de un juez de aquí sean eficaces, sin más, allí, y que las que toma un juez de allí, lo sean aquí. Ello será imposible mientras existan Estados soberanos, que lo son, entre otras cosas, porque la Justicia es, en cuanto Poder del Estado, tan soberana como éste; siempre habrá, pues, espacios reservados de forma exclusiva y excluyente a la Jurisdicción de un Estado soberano, que lo es, también, porque tiene autonomía para decidir lo que es delito en su territorio, pero no lo es para que los demás se plieguen a esa decisión.
Nos toca, pues, esperar.
Valentín Cortés

lunes, 17 de septiembre de 2018


Lunes 17 de Septiembre de 2018
Los aforamientos
Parece que en España hay más de 250.000 aforados (vid. www.elmundo.es de hoy). Yo dudo mucho que todos, ni siquiera la inmensa mayoría, sean necesarios. Y dudo más que sea una ventaja para el investigado, pues en muchas ocasiones pierde posibilidades procesales, cuáles pueden ser algunos de los recursos que podría utilizar si no fuera aforado. Creo que en esta opinión estarán de acuerdo la inmensa mayoría de mis colegas universitarios procesalistas.
Sin embargo, el Presidente de Gobierno, la gran masa social que forman los políticos e incluso la propia sociedad española, creen que se trata de un “privilegio” que, afirman, hay que suprimir, por lo que se trata de una medida que, así examinada y así propuesta, es popular. Por eso la vende el Presidente (véase la prensa de hoy) con “toda suerte de trompetería y cohetería”, parafraseando nosotros en esto a un insigne procesalista como era el Prof. Prieto Castro.
Todas esas personas confunden privilegio con ventaja; el aforamiento es un privilegio, pero no implica una ventaja. El problema está, por eso se vende la gran reforma de la Constitución anunciada hoy, en que ese privilegio se entiende como una ventaja, que viene dada, en muchas ocasiones, porque los políticos, a través de los Parlamentos, pueden determinar la composición, aunque sea parcial, de algunos tribunales que conocerán las causas de los aforados. Deberíamos, pues, empezar por quitar esas “ventajas” (más fácil que modificar la Constitución) y veríamos si suprimir el privilegio seguiría siendo popular.
En todo caso, ¿sabe el Presidente cuales de los miles de aforamientos hay que suprimir?
¡Trompetería y cohetería, pues, para posiblemente un parto de los montes!
Valentín Cortés
 

viernes, 14 de septiembre de 2018


Viernes 14 de Septiembre de 2018
 

Sólo un poquito

El mundo de la política nada tiene que ver con el mundo jurídico y, yo me atrevería de decirlo, con el mundo real, que, no hace falta ser un sabio para saber que, se enraíza con y en la ley y la norma. Basta leer la prensa de esta mañana.

Pues, hoy toda la prensa recoge como noticia lo que, posiblemente, no es sino el comunicado tácito de la Presidencia del Gobierno, en el que se aclara que la tesis del Sr. Sánchez supera los controles anti-plagio porque el resultado ha sido que se ha plagiado sólo…. un poco.

Puede ser que eso sirva para la excusa política dado, me imagino, que en ese mundo ha habido y hay mayores plagios y mayores fraudes académicos, pero en el mundo universitario, que se rige por normas escritas y no escritas que nada tienen que ver con las conveniencias políticas, plagiar, ¡aunque sea un poquito, es inadmisible y menos en un trabajo de tesis doctoral.

Mucho daño se ha hecho a la Universidad en estos días, para que ahora sea admisible que la sociedad crea que se puede plagiar, siempre que sea “un poquito”.

Esta es la realidad que me niego a que se tergiverse por conveniencias políticas, vengan o procedan de donde sea.

Valentín Cortés

jueves, 13 de septiembre de 2018


Jueves 13 de Septiembre de 2018 

El plagio

No puedo ni me interesa, en este blog, opinar si el Sr. Sánchez debe dimitir o no, dado lo publicado esta mañana por ABC. Lean, pues, los periódicos, vean las televisiones y oigan las emisoras de radio y saquen sus propias conclusiones.

Pero, como Catedrático de Universidad y jurista en activo durante tantos años, sé que si un doctorando presenta una tesis en las condiciones que dice ABC la presentó el Sr. Sánchez, esa tesis no se habría defendido ante un tribunal porque, fuera de cualquier calificación y comentario que se quieran hacer, esa tesis no es un trabajo de autor y, además,  un trabajo inédito, que es lo único que se exige para que alguien defienda su tesis ante un tribunal, amén de la calidad técnica en la que, lógicamente, sólo puede entrar el especialista.

Si es como cuenta ABC, no se comprende cómo la tesis superó las distintas cribas a la que está sometido cualquier trabajo de tesis antes de ser admitido como tal, cómo fue defendida como proyecto de tesis doctoral y premiado con la máxima calificación.

En todo este tema, lo único que me preocupa es la Universidad y cómo queda ante la sociedad. Por eso es tan importante que se conozcan, no la verdad que quieran contornos, sino los datos concretos que confluyen en el caso, para que podamos sacar nuestras conclusiones sin que nadie nos la impongan.

Valentín Cortés

miércoles, 12 de septiembre de 2018


Miércoles 12 de Septiembre de 2018
 
Copyright
Todos los medios de información hacen mención hoy de la aprobación por el Parlamento Europeo de la nueva Directiva que regula los derechos de autor en la Unión Europea. Bienvenida sea, pues no se puede argüir la libertad de información frente a la vulneración del derecho a la autoría, por mucho que esa vulneración venga camino internet y pueda afectar no tanto a éste, como a la manera de concebirlo.
 Lo más importante, según mi opinión, es que se recortan las posibilidades de que se vulneren los derechos del autor de textos u obras intelectuales frente a la copia de otros, con provecho o sin provecho, que al autor poco lo importa. Porque lo importante es saber que el “derecho a copiar” (¡que, por cierto, no es el copyright!) no existe; lo que existe es el derecho a utilizar el pensamiento de otro siempre que se respete la autoría, lo que se traduce, en la mayoría de las ocasiones, en el reconocimiento de la misma y, también, en la compensación económica).
Esta noticia se produce cuando en España estamos en plena batalla por las copias en obstención de doctorados (véase la prensa de hoy), másteres, realización de exámenes y demás pruebas académicas, que empequeñecen a nuestra sociedad, la reflejan, y nos avergüenza. Porque una de las pocas verdades académicas que existe es que donde hay copia no puede haber autoría
Valentín Cortés
 

martes, 11 de septiembre de 2018


Martes 11 de Septiembre de 2018


La Universidad del pasado

Hoy (quizá, mañana), que no quiero opinar sobre la llamada “diada”, que tan flaca anda de historia y gruesa de manipulación, tengo que referirme a otro caso en el ámbito de la política, en candelero, como el  de la obtención de másteres universitarios en circunstancias anormales.

Para el público que vive fuera del ámbito de la Universidad, en el que todavía ser Doctor, Catedrático o haber obtenido un Master, se sacraliza hasta el extremo, es un escandalo lo que se sabe o se anuncia en los periódicos. Para los que hemos estado muchos años en la Universidad, todo esto se convierte en una vergüenza y en un desdoro general que nos afecta, para colmo, con efectos retroactivos.

La España de la corrupción, que afloró en los años finales del siglo y primeros de éste, no tenía límites en los campos de actuación y los corruptos requerían lo que no tenían: dinero, poder y, los más acomplejados, títulos.

Hasta que no se pronuncien los jueces yo no opinaré de los casos concretos, porque no tengo datos, pero sí sé que, lo que cuentan los medios de información, era demandado por una determinada clase de público y que, me imagino, algún profesor cayó en la estupidez de “no venderse, regalarse” (Unamuno dixit).

Valentín Cortés

lunes, 10 de septiembre de 2018


Lunes 10 de Septiembre de 2018

 

Nuestra vuelta

Después de un poco más de dos meses de descanso en nuestro blog, la vuelta se hace especialmente cansina, no tanto por el esfuerzo que significa estar día a día opinando jurídicamente de lo que pasa en nuestro país, que a pocos interesa, como de comprobar que todo sigue igual o quizá peor.

El gran problema de España, que es, sin duda, la crisis catalana, sigue peor porque el Gobierno de la Nación no sólo no lo resuelve, sino que, desgraciadamente, equivoca el método para resolverlo, como se equivoca de método para la solución del problema de la inmigración ilegal. Ya lo dijimos el ultimo día del curso pasado: los problemas legales o jurídicos hay que resolverlos con medios jurídicos y empleando el método jurídico; lo hace el Tribunal Supremo (por ejemplo, ha rechazado de plano una recusación en bloque de los magistrados que han de juzgar a los presuntamente rebeldes, que es claramente fraudulenta y que mira más al exterior que al interior), pero no lo hace el Gobierno que se empeña en soluciones políticas. La política nada tiene que ver con el problema catalán ( ni con el de la inmigración ilegal), que se circunscribe al Código penal. Pero quizá eso no es agradable de oír a los políticos que, por naturaleza, piensan que el mundo se acaba allí donde ellos no llegan ni con la vista ni con el olfato.

En cualquier caso, bienvenidos de nuevo a este blog.

Valentín Cortés