Valentín Cortés Domínguez

Valentín Cortés Dominguez es Catedrático de Derecho Procesal. Ha sido abogado con 47 años de experiencia, conferenciante y autor de múltiples publicaciones jurídicas y de manuales de derecho procesal que son libros de texto en distintas universidades españolas y de América latina.

lunes, 8 de junio de 2020


Lunes 8 de Junio de 2020 

El Sr. Iglesias y las residencias de ancianos

La prensa digital de esta mañana recoge las declaraciones del Vicepresidente del Gobierno arremetiendo contra las autoridades regionales de Madrid y Castilla-León, acusándolas y responsabilizándolas, incluso penalmente, de las muertes de ancianos en las residencias. Todo a cuento de posibles protocolos médicos que desaconsejaban, según los casos, el traslado de ancianos contagiados del coronavirus a los hospitales.

La politización de la medicina no es buen camino, pues es evidente que las muertes de ancianos se han producido en todo el territorio nacional y en la generalidad de los países, con independencia del color ideológico de los responsables políticos. Si, como ocurre en España, todavía tenemos un mando único que ha ejercido y ejerce su poder de modo evidente, disponiendo del Boletín Oficial como ha querido, no señalar a este mando en esa politización puede ser irreflexivo y, desde luego, olvida la figura jurídica del “daño por omisión” o el de la ”dejación de funciones”.

Por otra parte, judicializar, y  hacerlo penalmente, la praxis médica impuesta en circunstancias realmente extraordinarias tampoco es buen camino para resarcir a los familiares de los fallecidos en las residencias, ni siquiera para hacerlo con la sociedad en su conjunto, porque el dolo penal o la imprudencia grave son elementos esenciales para la comisión del delito, que no parece que lo hubiera en  momentos en los que, hasta hubo que levantar hospitales y UVIs en pocos días, precisamente para salvar vidas.

Si la decisión médica protocolizada, la que fuera, fue una mala praxis médica, si es que existe responsabilidad, ésta será seguramente civil y administrativa, pero difícilmente penal.

Valentín Cortés

viernes, 5 de junio de 2020


Viernes 5 de Junio de 2020

La regulación post estado de alarma

Distintos medios de comunicación digitales especulan acerca del contenido del anunciado Decreto-Ley que regulará ciertos aspectos de la vida y situaciones de los ciudadanos una vez que se acabe el estado de alarma el próximo día 21 del presente mes.

No voy a entrar en ese contenido, que puede variar, de ahora al momento de promulgación, tantas veces como ocurrencias pueda tener el Gobierno o el mando único.

Pero sí quiero, desde ahora, afirmar que una vez terminada la situación del estado de alarma no es posible que con  Decreto-Ley se puedan regular situaciones que impliquen una disminución del ejercicio de nuestros derechos fundamentales y constitucionales. De modo que será muy difícil que lo que se pueda salir adelante por el camino actual sin el mecanismo de la Ley Orgánica.

En cualquier caso, ya aventuro una creciente conflictividad jurídica y judicial una vez que la situación legal actual quede sin estar habilitada por el estado de alarma, si es que se piensa seguir interviniendo la vida del ciudadano tal como se ha hecho hasta ahora.

Valentín Cortés

jueves, 4 de junio de 2020


Jueves 4 de Junio de 2020

(¡Perdón por la transgresión!)

El español ha tenido siempre una tendencia irrefrenable hacia el papanatismo, lo que se exacerba cuando se trata de lo anglosajón.

Lo digo porque no hay periódico digital de esta mañana que no recoja la noticia de que el Financial Time ha puesto de manifiesto el ridículo que supone el relato cotidiano que el mando único hace de los fallecidos en el día anterior.

Pareciera que nadie se había percatado aquí de la manera con la que el Sr. Simón y miembros del Gobierno nos dan noticias de los fallecidos diarios y, sobre todo, de las razones que dan cuando explican que al mismo tiempo lo blanco pueda ser negro en esta estadística. Es lo que en español moderno se ha llamado acertadamente “cantinflear” que es, sin duda, una manera muy típica en el habla de ciertos políticos.

El problema está en que ese concreto cantinfleo no tiene gracia y, lo que es peor, produce un “efecto llamada” a obtener la reparación, no ya moral (que es imposible a estas alturas) sino la jurídica. Sin duda no sabremos, al final, cuantas personas han muerto por la pandemia, pero veremos crecer exponencialmente las reclamaciones judiciales  contra el Gobierno porque es también muy español aguantar ser cornudo, pero no cornudo y apaleado.

Valentín Cortés

miércoles, 3 de junio de 2020


Miércoles 3 de Junio de 2020

El manoseo de la Constitución

Leo hoy en www.eleconomista.es que Ciudadanos apoyará la prorroga del estado de alarma “a cambio de 2.500 millones de € para el turismo”. Como esta noticia hemos leído otras, referidas a otras prorrogas y otros partidos, de contenido similar; es decir, se apoya por un partido político tal situación restrictiva de derechos individuales, como supone el estado de alarma, a cambio de algo que, en principio, nada tiene que ver con el sentido, naturaleza y finalidad del estado en cuestión.

Evidentemente, lo que contamos es síntoma de una grave distorsión política, pero también lo es de una gravísima violación de la Constitución (art. 116) y de la Ley Orgánica 4/1981 que regula este estado, el de excepción y el de sitio. En definitiva, lo que, para esos partidos, importa para limitar derechos fundamentales, constitucionales y de todo tipo, no es la salud, que es la crisis que ha originado el estado de alarma, sino cubrir las necesidades políticas de cada uno de esos partidos políticos y sacar el rédito político correspondiente.

Lo que debería tener en cuenta el Tribunal Supremo cuando establezca la doctrina general que todos esperamos en relación con la aplicación por el Gobierno del estado de alarma; y nada digamos el Tribunal Constitucional, si algún día tiene la oportunidad y se decide a iluminar el futuro de los españoles en materias tan sensibles como hemos visto oscurecidas en los últimos tiempos.

Valentín Cortés

martes, 2 de junio de 2020


Martes 2 de Junio de 2020 

La razón de la destitución del coronel Pérez de los Cobos

La publicación (www.elconfidencial.com) de la nota “reservada” de la propuesta de cese del Coronel, que hizo la Directora General de la Guardia Civil, y que se refiere, como había adelantado la prensa, a la negativa del Coronel a dar conocimiento del informe elaborado por Guardia Civil, como Policía Judicial, para la Juez en la investigación de posibles responsabilidades penales del Delegado de Gobierno por la celebración de la manifestación del 8 de Marzo, tiene una evidente lectura política, pero puede tenerla igualmente jurídico-penal.

En definitiva, esa nota reservada parece ser un indicio racional de que el Coronel o bien fue instigado y presionado a cometer un delito de revelación de secretos, o bien fue sujeto pasivo de una decisión administrativa (su cese) tomada a sabiendas de que era ilegal, pues ni se puede cesar a nadie, ni tampoco perder la confianza en una autoridad, por el simple hecho de que ésta no quiera violar la Ley.
 Con esos indicios serios y racionales parece inevitable que alguien acuse penalmente a la Directora General de la Guardia Civil  por proponer el cese y al Secretario de Estado de Seguridad, o en su caso al Ministro del Interior,  por cesar al Coronel.

Valentín Cortés

lunes, 1 de junio de 2020


Lunes 1 de Junio de 2020

Animus necandi

Desde los primeros cursos de la licenciatura de Derecho se enseña que, para que se pueda hablar de homicidio, nada digamos de asesinato, se tiene que dar lo que llamamos “animus necandi”, es decir, voluntad de matar y conocimiento de que se puede conseguir el fin deseado con unos determinados medios que se usan o ponen en práctica. La inadmisión a trámite de una querella contra el Sr. Simón por homicidio imprudente, de lo que se hace eco la prensa digital de esta mañana, realmente no se debe directamente a este requisito, pues se rechaza por incompetencia declarada del Juez ante quien se ha presentado, pero en la inadmisión a trámite, sin llevar acabo ninguna diligencia de investigación y sin informe del Ministerio Fiscal, late evidentemente que acusar penalmente al Sr. Simón de la muerte, por su imprudencia, de 27.000 personas es una sin razón  jurídica que  no necesita mucho tramite.

Hemos dicho en varias ocasiones, a lo largo de esta crisis sanitaria, que el Gobierno (mando único) la ha gestionado con gran negligencia, arbitrariedad y discrecionalidad y no menos ataque y violación de derechos fundamentales y constitucionales de los ciudadanos. Pero, acusar de la comisión de un delito tan grave y con tantas víctimas requiere mucho más  que una mera exposición  de lo que puede ser un debate parlamentario o una tertulia televisiva, por lo que es un camino que cualquier abogado se debe pensar mucho antes de ponerlo en práctica.

Valentín Cortés

viernes, 29 de mayo de 2020


Viernes 29 de Mayo de 2020
 
Las macrocausas
 
Hoy hemos sabido que la Juez, que investiga al Delegado del Gobierno en Madrid por la autorización de la manifestación del 8 de Marzo y su incidencia en la expansión de la pandemia, ha rechazado la petición del denunciante del Delegado de imputar también al Sr. Simón ( www.europapress.es).
La Juez, que había sido acusada por la Abogacía del Estado de instruir una causa universal en el caso del Delegado del Gobierno (vid. nuestro blog de ayer), no ha perdido la ocasión de demostrar que no va por ese camino. Y ha advertido que sólo investiga los actos presuntamente prevaricadores del Delegado del Gobierno, y no otros ( de donde no hay investigación universal) ni otros posibles actos delictivos cometidos por personas distintas, con responsabilidades distintas o con funciones diversas en el control de la pandemia, que por necesidad ontológica no pueden conformar ni conforman el objeto del proceso que está en marcha que se refiere a un único acto llevado a cabo por el Delegado: autorizar la manifestación.
Por consiguiente, tal parece que ni hay investigación universal ni macrocausa.
Valentín Cortés