Valentín Cortés Domínguez

Valentín Cortés Dominguez es Catedrático de Derecho Procesal. Ha sido abogado con 47 años de experiencia, conferenciante y autor de múltiples publicaciones jurídicas y de manuales de derecho procesal que son libros de texto en distintas universidades españolas y de América latina.

lunes, 10 de octubre de 2016


Martes 11 de Octubre de 2016

El suplicatorio del Tribunal Supremo para investigar al Sr. Homs.

De este tema, que está en toda la prensa digital de esta mañana, lo que más destaca es la posición que Podemos va a tomar, según el Sr. Iglesias.

Si relevante es que diga que se va a decir no al suplicatorio, no lo es menos que se adopte esa decisión sin haber leído las razones (“méritos”, dice el art. 750 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal) de orden criminal que tiene el Tribunal Supremo para investigar y, en su caso, enjuiciar por delito al Diputado Homs, Parece que importa, más bien poco, lo que el Tribunal Supremo pueda decir.

Tampoco es menos relevante que,--siendo el suplicatorio la manifestación cumbre del aforamiento y del privilegio, pues sin obtenerse la autorización de la Cámara, se sobresee la causa para el Diputado, aunque sigue para todas las demás personas que pudieran haber delinquido con él (art. 754 de la Ley citada) (¡lo que hay que tener mucha sensibilidad jurídica y política para comprenderlo y no menos para explicarlo en clase, como a mí me ha ocurrido muchas veces!),-- el Partido Podemos haya manifestado en otras ocasiones su intención política de acabar con los aforamientos y privilegios.

 

Valentín Cortés.

 

Lunes 10 de Octubre de 2016

La evanescente oferta del Sr. Puigdemont en Madrid

He leído en www.elconfidencial.com que el Sr. Puigdemont, que es Presidente de la Generalidad catalana, ha estado en Madrid y que le ha propuesto al Estado, en un desayuno público, pactar la fecha y la pregunta del referéndum secesionista de Cataluña.

Es evidente que las palabras del Sr. Puigdemont están dirigidas a un sector de la opinión pública, nacional o extranjera, concreto. Y desconozco si producirán el efecto deseado.

Formalmente es una oferta dirigida al Estado, pero para éste  no tiene la menor relevancia, en lo que a nosotros concierne, jurídica, porque el problema en ese terreno no es el cómo o el cuándo, sino el qué.

Aquellas cuestiones, que son las que propone el Sr. Puigdemont pactar, no tienen objeto si el qué es imposible jurídicamente, tal como lo plantea el Presidente.

Por eso, sabiendo, como sabe, que lo que plantea al Estado es una “ilegalidad pactada”, y que eso es de conocimiento común en la clase política nacional (incluida Cataluña) y europea, no se entiende muy bien el rédito político que espera sacarle.

Sólo desde la estulticia cabría pensar de otra manera, y eso no me lo imagino. Por eso, creo que hay que hablar de evanescencia.

Valentín Cortés

 

viernes, 7 de octubre de 2016


Viernes 7 de Octubre de 2016 

Las torpezas del independentismo

Bajo mi punto de vista, posiblemente, la torpeza más grande en la que han caído las autoridades autonómicas catalanas ha sido convertir un tema como la independencia, que es claramente político, en un problema jurídico. Se han empeñado en conseguirla violando la ley, una y otra vez, y con esa tendencia que tienen, como ya he advertido muchas veces, al fraude, quieren cubrir la violación de la ley en el cumplimiento del reglamento.

Resulta patético oír a la Sra. Presidenta del Parlamento catalán decir que ella ha cumplido el Reglamento de dicho Parlamento y que, por tanto, no ha hecho nada ilegal, tal como declaró ayer y hoy recoge la prensa digital.

No hay Estado que pueda admitir que se incumpla el orden constitucional de forma tan burda, de modo que, frente al incumplimiento legal o constitucional, aparecerá, inexorablemente, el castigo o sanción prestablecida en las leyes. Y si frente a esa reacción se origina otra acción (ayer mismo en el Parlamento catalán se inició la vía de otro referéndum ilegal), no hace falta ser muy lúcido jurídicamente para saber que, a la postre, la acción de esas autoridades se hará desaparecer mediante la reacción jurídica absoluta y total, que en nuestro caso es la suspensión de la autonomía, prevista en el art. 155 CE. ¡Si no, al tiempo!

Valentín Cortés

 

jueves, 6 de octubre de 2016


Jueves 6 de Octubre de 2016

La ignorancia inexcusable

Decía el gran procesalista alemán del siglo pasado James Goldschmidt que el proceso es una situación jurídica donde existen cargas, poderes, facultades, posibilidades, expectativas y perspectivas, todo en función de obtener una sentencia favorable.

En este sentido, los que están siendo juzgados por la llamada trama Gürtel están inmensos en esa situación jurídica y tienen expectativas de salir indemnes de ese proceso si se admiten las causas de nulidad que están alegando en la fase previa del juicio oral.

La sociedad española, que tiene una ignorancia (entiendo que excusable) en Derecho, sigue ciegamente lo que dice la clase periodística o mediática que, en general, tiene (quiero creer que es eso) una ignorancia inexcusable en materia procesal, y viene vituperando a esas personas por la utilización de ese poder que les confiere la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Eso es como si se vituperara a un equipo de futbol por lanzar el penalti a su favor que le ha señalado el árbitro. ¿Acaso debería perder esa posibilidad y renunciar a lanzar el penalti?

Lo que tiene que decidir la Sala es si la ilegalidad indiscutible, por ya juzgada, en la obtención de pruebas iniciales en este proceso, que le costó, por prevaricación, la carrera judicial al Sr. Garzón, contamina y en qué medida la obtención de las demás pruebas que se han presentado o se van a presentar en el proceso. En el símil americano de “las cerezas”, lo que habría que saber es cuántas cerezas saldrían del cesto si tiramos de la cereza contaminada.

Negar o censurar la utilización de esta posibilidad a los acusados es tanto como negar el derecho de defensa que les concede la Constitución, por muy delincuentes que puedan ser.

Valentín Cortés

miércoles, 5 de octubre de 2016


Miércoles 5 de Octubre de 2016

Las relaciones jurídicas en internet
Si un niño de 12 años hubiera acudido al notario para firmar en su propio nombre un contrato con Google, es seguro que el notario les habría dicho a ambos contratantes que eso era imposible en Derecho, dada la menor edad de aquel, y a la compañía le hubiera sacado los colores. Pues bien, hoy he leído en www.europapress.es que Google ha cancelado la deuda contraída por un menor de 12 años (100.000 €), quien contrató con la multinacional deseando ser un “youtuber”, porque queriendo cobrar por los anuncios que aparecían asociados a sus videos en “youtube”, lo que realmente hacía era contratar la publicidad que allí aparecía.

Es evidente que la compañía ha renunciado a cobrar la deuda porque ningún juez español hubiera dado la menor validez jurídica a ese pretendido contrato. Sus posibilidades de éxito hubieran sido nulas, tanto como la propia nulidad radical del pretendido negocio emprendido por ambas partes.

A lo que voy es a que el mundo de internet (tan absolutamente necesario e imprescindible) está en sus inicios en lo que se refiere a la seguridad jurídica y que, por tanto, las advertencias, la propia existencia de un llamado “centro de seguridad familiar de Google” (aducido por la compañía en su declaración a modo de excusa y de señalamiento de responsabilidad de los padres) no son suficientes para evitar casos clamorosos de nulidad contractual radical, atribuible a la compañía y no a los padres ni al menor. Mucho tenemos que avanzar en este campo.

Valentín Cortés

martes, 4 de octubre de 2016


Martes 4 de Octubre de 2016

Sensibilidad jurídica del Sr. Fernández

No pensaba ocuparme más del tema de la crisis del Partido Socialista, pero las palabras de esta mañana del Sr. Fernández, que es el Presidente de la Gestora que dirige al Partido, y que están recogidas en la totalidad de la prensa digital, me han hecho cambiar de opinión, pues parece (¡estoy seguro que no!) que ha seguido mis opiniones jurídicas en las tres entradas que he dedicado al tema en la semana pasada y ayer mismo.

Así, por ejemplo, de los militantes dice que “son los que mandan en el partido”, pero no habla de que “son la voz del Partido” como hacía Sánchez. Igualmente, manifiesta que la famosa abstención o voto en contra a Rajoy o “lo decide el Comité ejecutivo o éste decide que lo decidan las bases”, lo que significa que no se salta las instituciones orgánicas del Partido. Piensa que la crisis conlleva un cambio de estatutos, pues, por eso, manifiesta que “hay que mejorar la manera de tomar posiciones ante los retos que afectan a la ciudadanía”. Teniendo, en fin, una idea clara de que el PSOE no se puede parecer a Podemos, no siguiendo, por ello, su manera de tomar decisiones (asamblearia, decía yo), sin dejar de buscar la perfección del partido con la coincidencia de la voluntad del Partido, de las bases, y de la mayoría de los votantes españoles.

Valentín Cortés

 

lunes, 3 de octubre de 2016


Lunes 3 de Octubre de 2016

La voz de los militantes, la voz del Partido y la voz de los votantes

El Sr. Sánchez ha vuelto a reivindicar “la voz de los militantes” (leo la noticia en www.europapress.es).

Desde nuestro punto de vista, el jurídico, no se podría poner tacha alguna a lo dicho para un partido político que elige a su máxima autoridad por elección directa de aquellos, si se reivindicara esa voz para la elección de un nuevo secretario general y la de los miembros de los órganos de representación básicos.

Pero lo que ha dicho Sánchez es que los militantes son la “voz del partido”. En ese aspecto no estoy tan convencido que jurídicamente Sánchez haya acertado, porque los militantes eligen a sus representantes en los distintos órganos del partido y son esos órganos, pues, la verdadera voz del Partido.

La estructura de los entes jurídicos, como son los Partidos, no siempre debe permitir y permite acudir a esa “voz”, orillando la otra, porque en ese caso el Partido deja de ser tal para convertirse en una asamblea permanente.

Por eso, el Partido correcto es aquel en el que su voz coincide con la voz de sus militantes y estas, a su vez, con la voz de sus votantes. Pero, sólo alcanza la perfección aquel Partido  en el  que esas voces coinciden, a su vez, con el pensamiento mayoritario de la sociedad.

Valentín Cortés