Valentín Cortés Domínguez

Valentín Cortés Dominguez es Catedrático de Derecho Procesal. Ha sido abogado con 47 años de experiencia, conferenciante y autor de múltiples publicaciones jurídicas y de manuales de derecho procesal que son libros de texto en distintas universidades españolas y de América latina.

martes, 17 de noviembre de 2015


Martes 16 de Noviembre de 2015 

De Magistrado a cabeza de lista de Podemos

La prensa digital recoge, pienso que con escándalo, el “fichaje” por Podemos del Presidente de la Sala de los Penal de la Audiencia de Palma de Mallorca como cabeza de lista en esa circunscripción para las elecciones de Diciembre.

Pero, se equivoca la prensa si resalta la noticia porque el juez se va a Podemos, dado que la importancia jurídica del hecho no está en el color del destino, sino en el destino. Un juez, en una sociedad tan politizada como la nuestra, no debería poder pasar sin solución de continuidad de la Administración de Justicia a la política, porque irremediablemente el llamado “justiciable” pensará cuales habrán sido los méritos profesionales de un Juez para que un partido  lo “fiche” regalándole un puesto relevante en el escenario político.

El daño a la Justicia es inmenso, el descredito de ésta irá en aumento y, para colmo, la política se cubrirá con personas que el único merito que tienen es haber satisfecho, en el ejercicio de su profesión, los idearios políticos de un Partido, el que sea.

Valentín Cortés

lunes, 16 de noviembre de 2015


Lunes 16 de Noviembre de 2015

 

El desvarío del Sr. Sánchez

He oído en una emisora de televisión al Sr. Sánchez, del PSOE, decir hoy, con ocasión de los atentados de París, que es el momento de derogar la reforma que hizo el Gobierno del art. 23 de la Ley Orgánica del Poder Judicial que restringió la llamada justicia ( jurisdicción) universal de los jueces españoles. De esa manera, dice imperturbable el Sr. Sánchez, la policía española podría luchar más fácilmente contra el terrorismo internacional.

Lo que yo opino sobre la llamada justicia universal lo saben mis lectores, pero lo traigo a esta “opinión” para poner énfasis en lo peligrosa que puede ser la ignorancia ( si es lo que es) de un político que nos quiere gobernar y que está llamado a coprotagonizar el llamado Pacto de Estado contra el terrorismo islamista. Creo que en esta ocasión nos merecemos más estudio, menos política y más seriedad a la hora de encarar  y resolver los problemas en los que estamos inmersos.

Valentín Cortés

 

viernes, 13 de noviembre de 2015


Viernes 13 de Noviembre de 2015

 

Las declaraciones de la Juez Alaya

 

La prensa recoge las declaraciones de la Juez Alaya, que ha hecho al recibir un premio jurídico. A esta jueza, con  la que tantas veces he coincidido, por supuesto que no la voy a censurar por merecer el premio y por supuesto que estoy de acuerdo en lo que ha dicho, aunque no en todo: no lo estoy en dos cosas

La primera: un juez en activo no puede criticar a otros poderes del Estado, como son los políticos en general, porque se lo prohíbe la Ley Orgánica del Poder Judicial. La juez critica a los políticos seriamente, y no puedo estar de acuerdo con ella en eso, en emitir una censura que no puede emitir.

La segunda: la limitación temporal de las instrucciones penales, que ha introducido la modificación última de la de Enjuiciamiento Criminal, ya lo hemos dicho en otras ocasiones, es muy saludable para evitar daños incensarios a las personas investigadas y para evitar investigaciones universales, a las que tanto tienden los jueces; y lo que tienen que hacer éstos, si fuera necesario, es solicitar por los cauces legales establecidos, y exigir, las ayudas técnicas necesarias para poder investigar e instruir las causas. Pero no es razonable rechazar un principio que está establecido en las legislaciones modernas con argumentos políticos y meta jurídicos, y mucho menos lanzar acusaciones de presiones sin haber interpuesto previamente la correspondiente denuncia judicial.

Valentín Cortés

 

jueves, 12 de noviembre de 2015


Jueves 12 de Noviembre de 2015.

 

La triste realidad de la desobediencia

Lo que ayer más hirió mi sensibilidad jurídica (y ciudadana)   fue oír a una señora, representante del Gobierno catalán, decir pomposamente que ellos no iban a obedecer el mandato de ayer tarde del Tribunal Constitucional. Ya me impresionó (vid. mi entrada del día 27 de Octubre pasado) cuando propusieron una resolución en ese sentido para que, al final, se aprobara por el Parlamento catalán. ¡Lo juristas no nos podemos acostumbrar al desacato!

Dije el pasado día 6 de este mes que el proceso es un juego, siguiendo para ello a Carnelutti. Ayer vimos cómo esa señora decía que ellos no iban a cumplir ninguna regla del juego que está en marcha. También decía entonces que a los que no cumplen las reglas del juego se les echa de la partida y, añado ahora, es muy difícil que juguemos otra vez con ellos. Este es el drama: que desacatan, que serán sancionados y que quedarán fuera del juego  político de forma irremediable. Esos que incumplen y que desobedecen no tienen posibilidad alguna de ser interlocutores de nada y ante nadie.

Valentín Cortés

miércoles, 11 de noviembre de 2015


Miércoles 11 de Noviembre de 2015

El futuro pendiente de una resolución. 

Hay un antes y un después en materia de recursos de inconstitucionalidad presentados por el Gobierno, que se ha producido con  el que esta mañana presentará (si no se ha presentado ya) el Gobierno contra la resolución independentista catalana. En este recurso, el Gobierno, haciendo uso de la recientísima Ley de reforma de la Orgánica del Tribunal Constitucional, pide medidas coercitivas, primero, y sancionadoras, después, para los que desobedezcan al Tribunal Constitucional que, por Ley, suspenderá la eficacia de la resolución independentista.

La especialidad es doble porque: i) el Gobierno pide la notificación personal a aquellas autoridades que pueden, tal como han anunciado, desobedecer la orden del Tribunal Constitucional,  con apercibimiento de desobediencia y sanción de suspensión y querella criminal: y ii) sabremos, tras la resolución del Tribunal Constitucional, el grado de sintonía que tiene el Tribunal con el Gobierno a la hora de valorar la desobediencia.

Sin duda que nos jugamos buena parte de nuestro futuro.

Valentín Cortés

martes, 10 de noviembre de 2015


Martes 10 de Noviembre de 2015

 

En todos los pleitos la transacción es posible incluso después de la sentencia  

Posiblemente mi formación jurídica deforma mi pensamiento; no lo voy a discutir con nadie que me lo echara en cara.

 Lo digo porque observo que la sociedad española en su conjunto (y, por supuesto, los poderes y potencialidades europeas) se ha tomado el tema de la llamada “desconexión” sin la menor épica, tan querida para los secesionistas. No he oído discursos vibrantes, ni he visto salidas al balcón, concentraciones de masas, hundimientos de mercados, explosiones de júbilo y demás fanfarria y consecuencias de las grandes decisiones.

Mi deformación jurídica me lleva a pensar que la sociedad española, entre la que obvia y principalmente incluyo a la catalana, está esperando la inevitable aplicación del Derecho, que llegará.

En muchas ocasiones he dicho que la torpeza, que creían astucia, de los secesionistas haría inevitable la aplicación del art. 155 de la Constitución; así será. Pero lo que, quizá, todavía puedan modular los secesionistas es el grado de su aplicación (remito a mis lectores a la lectura hoy de www.lavanguardia.com)

Valentín Cortés

 

 

 

lunes, 9 de noviembre de 2015


Lunes 9 de Noviembre de 2015

 

La estupidez y los parlamentarios independentistas catalanes.

El Prof. Cipolla (italiano, catedrático de Historia de la Economía en Berkeley) sabía mucha economía y no menos historia, y tenía un respeto  al derecho digno de encomio. Los parlamentarios independentistas catalanes, los de esta mañana, ni saben historia, ni economía y no respetan el derecho que no les gusta; el que les gusta, se lo inventan.

Si supieran historia y economía no habrían votado lo que hoy han votado, pues sabrían que inexorablemente el Derecho, ese que no les gusta, les propiciará un daño irreparable durante generaciones.

El verdadero estúpido, según Cipolla, (vid. su Allegro ma non troppo) es aquel que para producir un daño al tercero, se produce así mismo un daño de igual o superior intensidad; en nuestro caso, de mucha más intensidad.

 Cipolla mantenía que estúpidos había en todos los estamentos de la sociedad, y en la misma proporción; lo que no podría haber aventurado nunca es que hubiera concentraciones anormales de estúpidos, como la que se produce en el Parlamento catalán.

Valentín Cortés